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Ernesto Lecuona-Epistolario (XXXI)

15 de enero de 2016

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En librerías de la capital y provincias cubanas se encuentra a la venta la segunda edición de nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, que, publicada por la editorial Oriente, de Santiago de Cuba, se diera a conocer en la más reciente edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana.
Y para que los lectores de esta sección aprecien el contenido del aludido título, continuamos en De Ayer y de Siempre la inserción de gran parte de las epístolas que integran la aludida obra

 

Entre el 2 de junio y el 19 de julio de 1953 se presentaron en el teatro Álvarez Quintero (antiguo Fontalba), de Madrid, Ernesto Lecuona y su Compañía Cubana de Estampas Líricas, bajo la respectiva dirección general y artística de Conrado Blanco y Miguel de Grandy, que también se desempeñaría como cantante. Las zarzuelas escogidas para la temporada serían El cafetal y María la O, las cuales se acompañaron en la segunda parte del programa de sus respectivas puestas en escena con un fin de fiesta en el que participaban Lecuona, Esther Borja, el declamador Luis Carbonell, la soprano Hilda de Carlo y otros miembros del colectivo.
De Cuba también integraron el elenco Felo Muzio y Ernesto García (cantantes y actores), Pedrito Fernández, Mimí Cal, Rosario Leonor Sánchez (actriz) y el pianista y compositor Fernando Mulens. A ellos se sumaron los españoles Mariano Ibars (tenor), María Francisca Caballer (soprano), Blanquita Suárez (actriz), Erasmo Pascual (actor), Raquel Gimeno (actriz), Joaquín Gasca (director de orquesta), el Ballet de Luisa Pericet, un coro y una orquesta expresamente constituidos para tales actuaciones.
Cinco días antes del debut de la compañía de Lecuona en el Álvarez Quintero ya estaban vendidas todas las localidades. En el programa de mano correspondiente a la fecha de la primera función, el 2 de junio de 1953 –con El cafetal–, el notable autor teatral español Guillermo Fernández Shaw opinó:

Ernesto Lecuona llega a España, una vez más, con la aureola de su prestigio y de su personalidad. Pocos artistas modernos gozan en vida tanto como él de la universidad de su fama: es el compositor cuya inspiración no ha conocido fronteras; el que ha oído su música difundida por las radios de todos los continentes e interpretada por las más diversas orquestas contemporáneas.
En España, las melodías y los ritmos de Lecuona nos son familiares; y, sin embargo, se le espera con el interés de todo lo que entraña una positiva novedad: ver al celebre autor del Siboney interpretar al piano sus propias composiciones ─y ya sabemos sus dotes extraordinarias de concertista─; escuchar sus obras dirigidas por él y acercarnos cordialmente a ese embrujo del arte antillano, que el representa, es algo de carácter excepcional.
Con Ernesto Lecuona han venido precisamente varios artistas ilustres, afamados en América, que contribuirán, sin duda, a darnos la medida de ese arte de Cuba, por el que España se siente especialmente conmovida. Y Lecuona, máximo exponente de la música cubana y heredero de esencias hispánicas que jamás dejaron de alentar en su corazón, se entrega con la espontaneidad y el entusiasmo en él característicos al fallo de la crítica y el público de Madrid.

Las impresiones en torno a la presentación de María la O en el Álvarez Quintero serían comentadas por Ernesto Lecuona en una carta que el 6 de julio de 1953 escribió en la Villa del Oso y el Madroño a su sobrina Elisa Brouwer Lecuona, quien acababa de regresar a La Habana tras presenciar el éxito de las primeras jornadas de la compañía de su tío en tan importante teatro de la Gran Vía.

 

Querida Elisita:
Recibí tu carta desde Santander. Me alegro mucho que te haya hecho buena impresión este puerto. Cuando me escribiste estaba yo en los preparativos de María la O, la que se estrenó el pasado día 2 con un éxito que no puedo describirte, pues fue de «locura»… Yo creí en un momento que el público (abarrotado el teatro) se me echaba encima para cargarme… No puedes imaginarte el esfuerzo que hemos hecho, pues la partitura la rehíce toda arreglándola convenientemente; se instrumentó toda; se vistió toda la obra; se pintaron todas las decoraciones, se ensayó día y noche, y hubo hasta que suspender un día entero las funciones para afianzar más el montaje.
Hay cuadros, como los de “El cabildo” (que arrancó una estruendosa ovación), “Las chancleteras”, “Ronda de enamorados”, “Ronda de guaracheros” y “Curros del Manglar”, de un lujo digno del Folies Bergère de París. La interpretación fue muy buena, pues el actor que debutó, Joaquín Roa, hizo reír al público con ganas… El cuadro musical de “Ronda de enamorados” se cantó cinco veces y “El cabildo”, tres veces… Se repitieron “Las chancleteras”, “Curros del Manglar”, la “Romanza de José Inocente”, la popular “Canción [romanza] de María la O”, la “Ronda de guaracheros”… y el público cantó la “Ronda de enamorados”, en un entrecuadro, hasta que yo me cansé de dirigir…
El ballet, en “Cabildo” y “Chancleteras”, estuvo formidable… Superior a la “Fiesta negra” de El cafetal… Hice un efecto de cine en el primer cuadro que sorprendió y ha gustado mucho por la modernidad que le da a la obra…
Al final, aplaudía todo el teatro; aplaudían también los músicos y toda la compañía que estaba en escena, pues el público, enardecido de entusiasmo, hizo salir a todo el mundo…
Cuando fui para el escenario, después de la obra, yo creí que me mataban la compañía, que estaba esperándome, y todos los amigos… una verdadera ola humana era ese escenario… Allí pude ver a Irene López Heredia, Concha Catalá, Rosita Lacasa, Conchita Piquer, Niño de Utrera, Rafael López Somoza, Manolo Caracol, Antoñita Moreno, Pilar López, Celia Gámez, Acacia Guerra, Conchita Bañuls, Blanquita Amaro, María de los Ángeles Santana, Trini Morén. A los autores: Leandro Navarro, Adolfo Torrado, Moreno Torroba, [Daniel] Montorio, Muñoz Lorente, Antonio Quintero, Pascual Guillén, Luis Fernández Ardavín, Luca de Tena, Rafael de León, Pedro Llabrés, Díaz, Carlos Primelles, Guillermo y Rafael Fernández Shaw, Muñoz Román, Antoñito Paso, Manolo Merino… Al embajador de Cuba, Dr. Antonio Iraizoz y señora. A toda la embajada… y a todo el consulado de Cuba. Aristigueta, Miralles y Cifuentes, corresponsales de periódico habaneros, a distintas personalidades de Madrid y de Cuba… todos los músicos del momento actual… representaciones de Radio Nacional de España, Radio Madrid, Radio España y Radio Continental… toda la crítica teatral, toda la crítica musical, directores de periódicos… la pianista cubana Zenaida Manfugás… El gran maestro del piano, andaluz, Antonio Lucas Moreno… En fin, una ola humana…
Esto ha sido, Elisita, el acabose… Siento que no hayan estado ustedes, porque hubieran disfrutado del éxito…
Bueno, dale estas notas a Arturo, y le dices que a ningún periodista de esa le he escrito sobre María la O…
Afectos y besos a los muchachos.
Recuerdos de todos para ti.
Y un abrazo mío, para Arturo y para ti,

 

Ernesto

 

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