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El cuello largo de los dinosaurios

27 de noviembre de 2015

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Diplodocus es uno de los géneros de dinosaurios mejor conocidos. Fueron animales cuadrúpedos muy grandes, de cuello largo formado por unas 15 vértebras, por lo que se cree que mantenían el cuello paralelo al suelo y que eran incapaces de elevarlo significativamente (no más de 30 grados) por encima de su eje horizontal y con una extensa cola en forma de látigo de más de 80 vértebras caudales. Sus miembros delanteros eran ligeramente más cortos que los traseros, lo que configura una postura predominantemente horizontal. La mecánica de estos animales de cola y cuello largos, con cuatro patas macizas, ha sido comparada con la de un puente colgante.
La parte media de la cola tenía “dobles vigas” (huesos de forma extraña que le dan a Diplodocus su nombre). Estas pudieron haber evolucionado en aras de proporcionar apoyo a las vértebras, o quizás evitar que los vasos sanguíneos se aplastasen en caso de que la pesada cola del animal chocase contra la tierra, o contra algún temerario depredador. Existen especulaciones que le atribuyen otras funciones como la posibilidad de que los diplodocos utilizaran su cola como defensa, o hacer ruido, y quizás también útil como contrapeso para el cuello.

 

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Mendozasaurus

 
Otro dinosaurio, Mendozasaurus, medía entre 18 y 27 metros de longitud y llegaba a pesar entre 20 y 40 toneladas. A diferencia de otros individuos contemporáneos, poseía un cuello corto y más robusto, con gigantescas vértebras que alcanzaban un metro de ancho, carácter inusual entre los dinosaurios, quizás esto se debió a la diferencia en los estratos de la vegetación de la que se alimentaba.
Sin embargo, Brachytrachelopan, es un inusual saurópodo dicreosaurido (Sauropoda, es un infraorden y Dicraeosauridae, los “lagartos horquilla”, es una familia de dinosaurios saurópodos) de cola larga y cuello corto de solo 10 m de largo, era, aproximadamente, 40 % más corto que el de todos los saurópodos conocidos, con 12 vértebras muy cortas. Esta morfología ha hecho pensar a los científicos que pudo haber presentado un estilo de vida muy distinto a los que poseían un cuello más largo, ocupando un nicho ecológico que sus compañeros de infraorden no ocuparon. Probablemente se alimentaba de la vegetación a una altura de 1 a 2m, prácticamente comía en el suelo, y, posiblemente, era muy selectivo en elegir sus alimentos. Por lo tanto, se ha propuesto que existe una tendencia de acortamiento de cuellos, que se hace evidente en los dicreosáuridos, que va en contra del alargamiento que se ve en otros linajes de saurópodos. Dicen los paleontólogos que esto indicaría que este grupo de saurópodos sufrió una adaptación al ramoneo bajo y debe haberse especializado en comer fuentes alimenticias exclusivas. Se ha comprobado que la morfología de las vértebras cervicales deben haber restringido significativamente los movimientos de flexión dorsal del cuello, lo cual es un indicador que apoya la teoría de que se alimentaban de plantas específicas que crecían a pequeñas alturas. Por lo tanto, la dieta, pudo haber sido un factor limitante en el tamaño del cuerpo de estos dicreosáuridos, y esta característica pudo haberlos igualado ecológicamente con los grandes ornitópodos que fueron uno de los grupos de herbívoros más exitosos de su tiempo, tenían un aparato masticador muy complejo que rivaliza con los modernos mamíferos como la vaca, y dominaron totalmente el paisaje norteamericano.

 

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Amargasaurus

 
En Amargasaurus, la característica más obvia del esqueleto es la serie de espinas dorsales altas en el cuello donde se aparean en dos filas paralelas. Estas filas continúan a lo largo del lomo, disminuyendo en altura mientras que se acercan a las caderas. Estas espinas dorsales pudieron haber apoyado un par de “velas” altas de la piel. Existe una variedad de hipótesis para la función de estas velas, incluyendo defensa, comunicación con propósitos de apareamiento, o para el simple reconocimiento de la especie, o la regulación de temperatura. Sin embargo, su función verdadera sigue siendo desconocida.
El rasgo más notable de Miragaia era su cuello de 1,8m, un 30 % de su cuerpo de alrededor de 6m; su largo cuello estaba formado por,aproximadamente, 17 vértebras, más que la mayoría de los saurópodos. Esto representa la culminación de una tendencia de los cuellos más largos. Los paleontólogos sugieren que el cuello largo de Miragaia facilitaba la exploración de lugares a los que otros herbívoros no tenían acceso, o bien se debe a la selección sexual.

 

Segisaurus

Segisaurus

 
Segisaurus fue un pequeño terópodo que medía 1m de longitud, 30 cm de altura y pesaba 5 kg. Poseía una estructura similar a la de las aves, con un cuello largo y flexible y un cuerpo delgado, con tres garras y poderosas patas, muy largas comparadas con el cuerpo, con cola y miembros anteriores largos. Estas características no son distintas a la de las aves, por lo que los científicos argumentan que es en realidad un ave. Una interpretación en el campo especulativo, es que las costillas del cuello, similares a tablillas, apoyaron un patagio (membrana de piel elástica y resistente que forma la superficie del ala). Es similar al del género de lagartijas voladoras Draco, lo que ayudaría al animal a moverse rápidamente.
Cathartesaura es un saurópodo de tamaño medio que alcanzó los 17m de largo, 6 de alto y 15 toneladas de peso. El cuerpo era en principio como el de cualquier herbívoro de cuello largo con vértebras de espinas altas, que podrían haber almacenado grasa y líquidos como un camello. Este cuello muy musculoso limitaba los movimientos dorso ventralmente.
Los paleontólogos han concluido que en los saurópodos, un cuello gran longitud se consigue mediante una combinación de tres procesos: la incorporación de las vértebras en la parte posterior del cuello; adición de nuevas vértebras; y alargando las vértebras del cuello del individuo.
De acuerdo a lo que hemos visto hasta ahora, todo parece indicar que el largo cuello de los dinosaurios pudo ser un atributo que facilitaba:
Atraer a las hembras, luchar con los adversarios, buscar alimento en los árboles más altos, reservar grasa y líquidos.

 

¿Cuáles son las más recientes reflexiones de los científicos en relación al largo cuello de los dinosaurios?

 

 

Fósil de Diplodocus de 20 metros de largo

Fósil de Diplodocus de 20 metros de largo

 
Científicos de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, tras analizar los restos fósiles de Diplodocus, han planteado que los dinosaurios de cuello largo no desarrollaron ese atributo con un fin sexual: el de atraer a las hembras, o con un fin defensivo: luchar contra sus depredadores. De acuerdo con los resultados del estudio, han asegurado que si la razón fuera sexual, los machos hubiesen tenido una cerviz más larga en comparación con las hembras o viceversa. Desmienten así la teoría que argumenta que los saurópodos que heredaron cuellos más largos debido a una mutación casual, atraían más a las hembras, y que la longitud del cuello era indicativo de su virilidad e idoneidad para engendrar.
También cuestionan la teoría de que el cuello fue diseñado para defenderse y combatir, ya que no era suficientemente grueso como para no sufrir daños con los golpes.
Pero, la posibilidad de la alimentación es la teoría más plausible: la mutación que condujo a alargar el cuello de los dinosaurios, facilitó la búsqueda de alimentos en los árboles más altos.
De lo que sí están seguros los diferentes equipos de investigadores por todo el mundo, es que las diferencias de la forma y tamaño de la cabeza, el cuello, y el cuerpo de los dinosaurios evidencian que los distintos géneros ocupaban nichos ecológicos diferentes en la cadena alimenticia, de igual manera que hoy sucede en la sabana africana.
Recordemos que…

“la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”.

Solo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.

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