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La incertidumbre crece sobre Cataluña

14 de septiembre de 2015

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Todo indica que las anunciadas elecciones parlamentarias catalanas, que el presidente de esa comunidad autónoma Artur Mas insiste en reconocer como plebiscitarias a favor de la independencia, pudieran convertirse en un punto altamente conflictivo y desde ahora engendran incertidumbre no solo para España sino también para la Unión Europea, que se enfrenta a una coyuntura sin precedentes, de predicción aún más difícil y complicada que el caso escocés.
Artur Mas ha reiterado que, de ganar las elecciones autonómicas del 28 de septiembre con mayoría absoluta, en un plazo de 18 meses proclamará la Cataluña independiente, desafiando así la actual Constitución del Estado español y el “estado de derecho” que reclaman las autoridades de Madrid.
En medio de un intercambio de criterios, epítetos y calificativos cada vez más subidos de tonos entre el gobierno central y los gobernantes catalanes, no queda claro aún hasta donde estaría dispuesta a llegar la monarquía –como jefatura del Estado– para evitar el desmembramiento del Reino, que significaría la pregonada independencia de la comunidad catalana, entre otras cosas, considerada clave para la economía española.
En reciente conferencia de prensa salió a relucir el espinoso tema de las fuerzas armadas y su posible actuación ante una eventual secesión catalana, además, el ministro de defensa, Pedro Morenés, dio respuestas que pudieran interpretarse de diversas maneras.
Expresó: “Si todo el mundo cumple con su deber no hará falta ningún tipo de actuación como la que usted está planteando”. A continuación –según relataron agencias de prensa– calificó a las fuerzas armadas como “absolutamente democráticas” y “sujetas al estado de derecho”.
Enfática fue la vicepresidenta Soraya Sánz de Santamaría en la misma ocasión al afirmar: “no hay ninguna previsión ni ninguna intención” de que las fuerzas armadas actúen en Cataluña.
Lo cierto es que el tema de la independencia de Cataluña, que tiempo atrás no fue incluso tomado muy en serio en círculos españoles y europeos, parece acercarse de alguna manera al punto de conflicto, y mientras tanto se multiplican las declaraciones amenazantes y aparentemente concluyentes que van caldeando el ambiente –de por sí enrarecido– ante las próximas elecciones generales de diciembre, seguramente también originarias de importantes definiciones cuando llegue el momento.

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