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¿Qué es un Fonógrafo?

2 de septiembre de 2016

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¿Qué es un fonógrafo? Se puede decir que es un aparato capaz de reproducir el sonido atrapado en diferentes soportes con diseños y principios tecnológicos, en ocasiones diferentes.
En detalle, un fonógrafo consiste en un ingenioso aparato que, entre sus escasos complementos, posee una prolongación rígida suficiente para receptar un pequeño cilindro de metal, revestido por una delgada lámina de estaño (después se empleó la cera y luego el grafito) idóneo para recoger en su superficie registros sonoros. Fue el primer método de grabación y reproducción de sonido.
En 1890 Charles Tainter patentó el uso de cera de carnauba como sustituto de la típica mezcla de parafina y cera alba utilizada en los cilindros de fonógrafos.
A este cilindro, en un principio, se le daba vueltas sobre sí mismo por medio de una pequeña manivela que simultáneamente, desplazaba un stylus o aguja de acero, capaz de leer en las sinuosas estrías estampadas en la superficie de estaño que envolvía al cilindro, el sonido registrado.
Apoyado en sólidos principios básicos de la acústica, el resultado sonoro se proyectaba hasta un fino tubo de cobre en forma de cuerno en comunicación directa con una delicada membrana emisora y de ahí, hasta una bocina conectada con el exterior.
La época de mayor popularidad de los fonógrafos estuvo comprendida en el interregno que abarcó los años 1888-1915.
Se dice que en realidad fue la Columbia la que originalmente distribuyó los fonógrafos de Edison y sus respectivos cilindros en Washington DC, Maryland y Delaware. Como era costumbre de algunas compañías regionales de fonógrafos, Columbia produjo muchas de las grabaciones de cilindros comerciales que distribuía. En 1893, esta firma incrementa sus lazos comerciales con Edison y la North American Phonograph Company, hasta que posteriormente solo vendería grabaciones y fonógrafos producidos por sí misma.
En 1896 Thomas Alva Edison, en su constante empeño por perfeccionar el fonógrafo, recurrió a un viejo sistema reproductor de energía, para entonces ya casi olvidado: la cuerda de los relojes. Fue así como Edison, al adaptar una cuerda de reloj (espirar de acero recogida sobre sí misma) al fonógrafo, eliminó definitivamente la primitiva manivela.
Las primeras máquinas de cilindros de finales de la década de 1880 y 1890 se solían vender con accesorios para grabar. Esto posibilitaba registrar además de reproducir sonidos, lo cual aventajaba a los gramófonos, o reproductores primitivos de discos.
En 1896, el militar y físico italiano Gianni Bettinni –entonces radicado en los Estados Unidos- se las ingeniaba para desarrollar y poner en práctica otras mejoras para el fonógrafo, entre otras, el empleo de un diafragma fabricado de una vejiga animal que, sin duda, con su aplicación aportó mayor fidelidad a la reproducción de la voz humana.
En los primeros años del fonógrafo, se diseñaron varios tipos de cilindros incompatibles entre sí, pero a finales de 1890, Edison Records, Columbia Records y otras marcas, optaron por promover un sistema estándar para la producción de cilindros, con una capacidad de dos minutos de duración de música o cualquier otro sonido.
Muchas de estas innovaciones contribuyeron a la aparición de nuevas patentes y derechos, y con ellos al fraccionamiento de la hasta entonces unidad creativa y  paternidad de Edison sobre el fonógrafo.
Estos complejos procesos de carácter técnico dieron lugar a las primeras compañías fonográficas que con el nuevo invento e inobjetables mejoras, no solamente dirigían su producción a pequeños dispositivos parlantes agregados a muñecas de juguete, sino también, a enfilar hacia un nuevo horizonte industrial inmediato: la industria de la música.
Las primeras compañías fonográficas de los Estados Unidos en su empeño por alcanzar fáciles ventas de fonógrafos y soportes sonoros, de inmediato se entregaron a la producción en cantidades industriales, de soportes grabados con música en diferentes idiomas, para su comercialización entre las numerosas comunidades multilingües asentadas en su territorio desde principios del siglo XIX.
Soportes fonográficos con música de España, Grecia, Italia, Polonia, Rusia y Portugal, coadyuvaron a la configuración de los primeros catálogos de música grabada de la historia, y que fueron calificados por sus productores como “catálogos étnicos”.
Desde 1888 el ingeniero alemán Emile Berliner –naturalizado norteamericano- puso toda su creatividad e inteligencia para también patentar algunas otras mejoras al fonógrafo. Entre otras, reemplazar el cilindro por un disco plano revestido en sus inicios, por una delgada emulsión  de grafito de color negro y que, con el transcurso de los años devino fina capa de laca.
Con esta innovación quedó diseñado para la posteridad el soporte que, a través del tiempo y en períodos de acentuadas variantes, se conoce hasta la actualidad como “disco”. Pero esta innovación acarreaba la necesidad de un aparato reproductor especial para discos. Esto llevó a Berliner a bautizar la versión de su novedoso aparato reproductor como “gramófono”, y al soporte sonoro de su invención como “disco gramofónico”.
Con el decursar del tiempo y las constantes modificaciones y otros agregados incluidos por un sinnúmero de innovadores, estas acciones aportaron al recurso fonográfico nombres como “gramófono”, “pathéfono”, “edisonic”, “odeolas”, “victrola”, “electrólas” y algo después, el definitivo y todavía actual: “tocadiscos”, o mejor aún: reproductor de CDs.
Para entonces, Edison empecinado cada vez más con el fonógrafo y sus cilindros, en 1902 lanzó una línea de cilindros mejorados con cera dura denominados “Edison Gold Moulded Records”, los cuales se podía reproducir hasta cien veces sin sufrir desgaste.
En 1906, la empresa Indestructible Record Company inició una línea de producción de cilindros fabricados de celuloide, considerado como uno de los primeros plásticos duros en la historia. Estos cilindros no se rompían al caer al suelo y se podían reproducir sin sufrir desgaste miles de veces. En la actualidad, estos cilindros aún son considerados como el medio de reproducción analógico mas perdurable, pues pueden soportar mucho mas uso que el posterior disco de vinilo, o la cinta magnetofónica, hasta la llegada del disco compacto [CD].
Algo después, la compañía Edison desarrolló un tipo de cilindro de larga duración (cuatro minutos), consistente en la disminución del tamaño de los surcos. Estos cilindros fabricados por Edison estaban fabricados de un material plástico llamado Amberol. Esto llevó obligatoriamente a innovaciones en los aparatos reproductores, los que en los mercados eran divulgados como Amberolas. De esta manera había nacido la industria de la reproducción y desiminación de la música grabada.

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