Luces, cámaras… el Festival en acción

5 de diciembre de 2014

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Maydelis Gómez Samón

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36 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano

Para todo director proyectar su película en este Festival resulta un sueño cumplido. Todos quieren que su obra sea vista en La Habana. Desconozco cuán cinéfilas sean las personas que abarrotan las salas y si las frecuentan en otro momento del año; pero en diciembre, se sabe más de cine que de pelota. Los aplausos de este público heterogéneo, su sinceridad, la manera de interactuar con el filme y las infinitas colas, son algunos de los elementos que llaman la atención al visitante.
En el cine, la vida de un personaje también puede ser la nuestra porque: quién no teme, ama, odia, lucha, pierde, resiste, sufre, ríe, vive, muere… Todos agradecen al Festival pero somos nosotros quienes tenemos que dar las gracias, porque los 21 filmes que compiten por el gran coral vienen a contarnos qué sucede en Latinoamérica.

Este año llegan al certamen cuatro cintas que se encuentran entre las preseleccionadas como Mejor Película Iberoamericana en los premios Goya 2015: de Uruguay “Mr Kaplan” de Álvaro Brechner, la multipremiada “Conducta” del cubano Ernesto Daranas, “Relatos Salvajes” del argentino Damián Szifrón y “Matar a un hombre” de Alejandro Fernández Almendras, quien hace tres años se llevó a Chile el Primer Coral de Ópera Prima con “Huacho”.

Si a lauros nos referimos, hay que mencionar a “Jauja” del argentino Lisandro Alonso quien mereció en Cannes el Premio de la Crítica en su sección Un Certain Regard. El protagonista es el actor Viggo Mortensen, recordado por el personaje de Aragorn en “El señor de los anillos”, quien además hizo la producción y la música de este largometraje ambientado a finales del siglo XIX y que narra la historia de un capitán danés que marcha junto a su hija a la Patagonia, con la misión de “pacificar” la región; pero la adolescente de 15 años escapa con un soldado y ahí comienza la aventura quijotesca del protagonista quien emprende un camino a ninguna parte para hallarse consigo mismo y con sus miedos más ocultos.
Entre los actores más conocidos por el público cubano tendremos a dos brasileños: Daniel de Oliveira (el Luis de la telenovela “Cabocla” y Frei Beto en la película “Bautismo de fuego”) y Wagner Moura (el capitán Nascimento de “Tropa de Élite” y Olavo en la telenovela “Paraíso Tropical”). Oliveira es el protagonista de “Ruta 47” de Vicente Ferraz, aquí se narra un período histórico que nunca había sido reflejado en el cine: la intervención en la Segunda Guerra de tropas brasileñas, conformadas por 26 mil hombres, que combatieron el fascismo. Mientras que Moura, en “Praia do Futuro” de Karim Ainouz, encarna a un salvavidas gay que marcha a Berlín buscando el amor y tratando encajar en el mundo. El filme, que participó en la competencia oficial de la Berlinale, habla de los afectos entre hombres, incluidos los eróticos, los filiales y fraternales; pero es más que eso, es una historia sobre la valentía, la pérdida y el reencuentro, las renuncias y el desarraigo.

“Dólares de arena” es otra cinta que se adentra en una relación homosexual, basada en la novela homónima del escritor francés Jean-Noël Pancrazi en la cual relata sus amoríos en un país caribeño con un joven autóctono. En la adaptación al cine de Laura Amelia Guzmán (República Dominicana) e Israel Cárdenas (México), los personajes principales cambian de género y se aborda la historia de una anciana, interpretada por Geraldine Chaplin, que mantiene una relación con una prostituta dominicana. La hija del mítico Charlot recibió por este personaje el premio a la mejor actuación femenina en la edición 50 del Festival Internacional de Cine de Chicago.

Junto a la representante de Dominicana, cuatro mujeres más compiten por el Coral este año. Vuelve la brasileña Tata Amaral con “Traigo conmigo”, una película que hurga en los recuerdos de un hombre, incluidos los de su encarcelamiento durante la dictadura militar. El resto de las representantes femeninas son argentinas, país que cuenta con el mayor porcentaje del mundo de directoras de cine. Natalia Smirnoff aborda en “El cerrajero” la paternidad y las complejidades del amor, a través de la vida de un hombre que tiene mucho afecto para dar, pero que se lo esquila a sí mismo. Por su parte, Anahí Berneri (“Aire libre”) y Celina Murga (“La tercera orilla”) reflejan la violencia en el seno de dos familias disfuncionales. La primera retrata el deterioro de un matrimonio y analiza a su propia generación, buscando respuestas a interrogantes acerca de la convivencia, el amor, el deseo y el paso del tiempo. Por su parte, Murga ahonda en el conflicto de identidad de un adolescente cuyo padre tiene dos familias, la suya y la oficial. “La tercera orilla” se presentó en la competencia oficial del Festival de Cine de Berlín y contó con producción ejecutiva de Martin Scorsese.
La familia es un tema que atraviesa los seis largometrajes argentinos presentes este año en concurso y se evidencia de forma marcada en “Refugiado” de Diego Lerman, quien llega a La Habana luego de competir en los festivales de Biarritz, Cannes y San Sebastián. Esta temática también es visible en los filmes de Chile (“La voz en off”), Colombia (“Tierra en la lengua”, “Los hongos”) y México (“Los ausentes”, “Viento aparte”). Todos describen la sociedad en la que se vive, la búsqueda y la lucha constante de los personajes por una vida mejor. Es la realidad, ficcionada y hecha arte.

Además de “Conducta” otras tres producciones cubanas rivalizan este año en el 36 Festival. “Fátima o El Parque de la Fraternidad” de Jorge Perugorría resalta por ser el primer largometraje de ficción centrado en la identidad transgénero y se basa en el cuento homónimo de Miguel Barnet. Pero al mítico Diego de “Fresa y Chocolate” también lo veremos actuando en esta cita de diciembre en “La pared de las palabras”, una creación intimista de Fernando Pérez que relata la relación con pacientes psiquiátricos. Con sus 70 años el Premio Nacional de Cine y uno de los realizadores que más corales ha merecido, deja a nuestra consideración su primera obra independiente en la que se reflexiona sobre el difícil ejercicio de la comunicación humana, el dolor y los límites del sacrificio. Otra película independiente que llama la atención por Cuba es “Venecia” de Enrique (Kiki) Álvarez, una comedia que retrata con ternura la amistad femenina a través de tres empleadas de un salón de belleza que una noche se adentran en los rincones más oscuros de la vida nocturna habanera.
Con la sala en penumbras, veintiuna miradas llegan a este Festival para contarnos qué pasa en Latinoamérica. Desde nuestra aldea el cine de la región vuelve a mostrar sus venas abiertas, a humanizar esas historias cotidianas narradas con habilidad, que se hacen únicas y universales.