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Por qué revisar los medicamentos en la farmacia

26 de mayo de 2014

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Por regla general, la compra de cualquier artículo de uso personal como la ropa o el calzado, por solo citar dos ejemplos muy comunes, siempre va precedida de un período de revisión durante el cual se inspecciona al detalle la mercancía que se pretende adquirir con el propósito de encontrar cualquier falla o fisura que pudiera afectar su posterior empleo.
Sin embargo, esta costumbre tan arraigada cuando “de compras” se trata, no puede decirse que sea siempre la misma para otros tipos de productos que igual merecerían ser objeto de atención y revisión al momento de ser adquiridos.
En este particular nos estamos refiriendo a los medicamentos, pues ya sea quizás por desconocimiento o por exceso de confianza, son pocas las personas que se toman su tiempo para inspeccionar su compra en el mostrador de la farmacia.
Sobre esto es preciso decir que los medicamentos, como el resto de los productos que se comercializan, no están exentos de tener desperfectos y aunque durante las etapas previas a la dispensación en la farmacia son objeto de intensivo escrutinio para evitar que unidades defectuosas lleguen a manos de los consumidores, la posibilidad de error, aunque muy pequeña, siempre puede existir.
Es por eso que sea tan importante que el paciente antes de pagar su medicamento, lo revise detalladamente. Esto significa leer los rótulos de los envases, chequear la hermeticidad de los cierres, verificar la conformidad de la fecha de vencimiento, inspeccionar la apariencia del producto si puede verse a través del envase. En fin, revisar el medicamento que va a comprar, tanto o más que si se tratara de un par de zapatos o una camisa.
Esta revisión del medicamento que estamos comprando, además de darnos la garantía de que el producto adquirido tiene la calidad reglamentaria, nos ofrece la oportunidad de aclarar cualquier duda que pudiera existir respecto al mismo, ya que llegado el caso de que se encuentre algún motivo de sospecha o alarma, el personal farmacéutico está en condiciones de brindar la explicación pertinente o emprender otras acciones que sean necesarias.
Por todo ello le recomendamos a partir de ahora, no guardar su medicamento sin antes haberlo revisado minuciosamente y nunca abandonar el mostrador de la farmacia sin esclarecer con el farmacéutico todas las dudas que pueda tener.

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