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Un viva por el agua

12 de mayo de 2014

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A lo largo de los tiempos, los seres humanos se han ido adaptando a la idea de que la higiene es una garantía para la buena salud. Apropiarnos de este pensamiento requirió de años y del esfuerzo de muchos individuos, visionarios y revolucionarios para su época, quienes a fuerza de estudio y observación pudieron establecer, difundir e incluso llegar a demostrar la hipótesis de que la suciedad y la falta de higiene era causa de numerosas enfermedades que fueron verdaderas plagas en distintos momentos.
Aunque al inicio muy pocos dieron credibilidad a tales ideas, afortunadamente en el presente nadie pone en duda la correlación que existe entre la higiene y la salud. Es por esto que los seres humanos modernos se caracterizan por tener excelentes hábitos de higiene. Desde muy pequeños nos acostumbramos al baño diario, a lavar nuestros dientes después de cada comida, a lavarnos las manos antes de comer y después de usar el servicio sanitario, a usar ropa limpia, etc.
Pero para llevar a cabo todas estas actividades de higiene requerimos de una aliada insustituible: el agua. Esa que día a día llega hasta nuestras casas y que usada adecuadamente, pero sin derroches, nos ayuda a tener una vida más saludable.
El agua es uno de los recursos naturales más valiosos que poseemos. Sin ella ninguna forma de vida sería posible en el planeta. El agua no solo aporta vigor, salud y limpieza, sino que ocupa las dos terceras partes del cuerpo y participa en un gran número de funciones del organismo.
Para valorar la importancia del agua es necesario conocer que el ser humano puede sobrevivir varias semanas sin alimentos, pero sólo unos pocos días privado de agua. Nuestro cuerpo consume 2,4 litros de agua al día en la realización de todas las funciones vitales y estos deben reponerse a diario para garantizar el buen funcionamiento del organismo.
Existen señales que indican cuando el cuerpo necesita agua. Se comienza a sentir una sensación de sed, la saliva se torna espesa, la orina toma un color amarillo fuerte y hay estreñimiento. Para reponer el agua que consume nuestro cuerpo debemos beber al menos 8 vasos de agua al día, comer muchas frutas, verduras y hortalizas frescas, las cuales contienen grandes cantidades de agua y evitar el consumo de harina y dulces, ya que estos alimentos consumen gran parte del agua interna del cuerpo.
Al igual que el agua es fuente de salud, también existen enfermedades que se contraen a través de ella. Esto sucede al beber o bañarse en agua contaminada, o al no lavarse las manos. Para evitar el contagio con los microorganismos patógenos es necesario lavarse bien las manos con agua y jabón antes de comer los alimentos, beber sólo agua potable, preferentemente hervida, lavar las frutas y las verduras también con agua potable, así como los utensilios de cocina. Sin olvidar el cepillado de los dientes con agua potable y mantener siempre las normas de higiene.

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