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Armas para todos

30 de agosto de 2014

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Los ataques y la invasión del territorio iraquí por parte del llamado Ejército de Irak y el Levante (EIL) han dado lugar a diversas, confusas y sospechosas reacciones por parte del gobierno de Estados Unidos y sus socios de la OTAN, profundamente involucrados hasta el momento en la agresión contra Siria, a la cual vienen dedicando cuantiosos recursos desde hace tres años sin poder obtener algún resultado militar definitivo, o sea, la derrota del Ejército sirio, el derrocamiento del presidente Bachar Asad y la implantación un régimen condicionado al servicio de Estados Unidos e Israel.

Como es públicamente conocido y reconocido por la totalidad de sus protagonistas fueron Estados Unidos, algunos socios de la OTAN como Gran Bretaña, Francia y Turquía -por citar solo a los más destacados-, y ciertas monarquías petroleras árabes, los principales abastecedores del moderno y abundante armamento de todo tipo, suficiente para equipar a decenas de miles de terroristas y mercenarios, que componen las diversas bandas operativas dentro del territorio sirio, incluidas ciudades y civiles.

Resulta, sin embargo, que la reciente y aparentemente sorpresiva decisión del EIL de llevar a cabo decididamente la proyectada invasión y conquista de territorio iraquí y unirlo a la región oriental de Siria, ha modificado sustancialmente el cuadro político y la situación militar en toda esa vasta zona fronteriza, incluida la región Kurda y amenazando a restantes territorios iraquíes hacia el sur y el oeste, manteniendo la ocupación de la importante ciudad de Mosul.

La rápida expansión del EIL, -asociado y beneficiario de las “potencias occidentales” en la agresión contra Siria, -ha provocado el pánico y el desconcierto en las filas de sus protectores de la OTAN y al parecer tal eficiencias ofensiva -con el mismo equipamiento que utilizó contra Siria-, es ahora motivo de alarma por parte de sus viejos abastecedores y financieros.

El secretario de defensa yanqui, Chuck Hagel, ha confirmado oficialmente que Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Canadá, Dinamarca, Italia y Croacia y posiblemente Alemania han comenzado ya a entregar urgentemente armas y equipamiento militar a kurdos e iraquíes, aunque no se han dado detalles específicos en cuanto a las cantidades y tipo de armamento que corresponderán a cada una de las partes, lo cual puede convertirse en un tema complicado y complejo teniendo en cuenta la peculiar relación del gobierno central iraquí con la autonomía kurda, sus recelos y rivalidades.

No obstante, lo más sobresaliente y paradójico de este masivo reparto de armas que anuncian ahora Estados Unidos y varios socios de la OTAN, es que estamos en presencia de un insólito reparto entre bandos diferentes en plena guerra y por parte de un mismo suministrador, que atiza el conflicto.

A esos extremos y contradicciones puede llegarse cuando se actúa en política exterior sin moral ni ética ni principios, como lo hicieron las llamadas “potencias occidentales” en el caso de Siria. Sobre tales “potencias” cae la responsabilidad de haber propiciado hechos atroces como el del periodista estadounidense Jim Foley.

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