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Un vecino hostil

3 de enero de 2014

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En las últimas semanas la sociedad mexicana se ha visto conmovida por masivas protestas contra la ley energética que, finalmente fue aprobada y puesta en vigor.
Abrir al sector privado y extranjero un recurso como el petróleo, nacionalizado en época de Lázaro Cárdenas, es el cuestionamiento principal que se hace a la medida, justificada por el Gobierno para poder garantizar tecnología e inversión que modernice la extracción y procesamiento del crudo en ese país.
México, sin dudas, vive acosado por un vecino hostil y ha sufrido y sufre como nadie los efectos adversos del narcotráfico, cuyos capos lo utilizan como trampolín para trasladar la droga desde Suramérica a Estados Unidos.
Tiene, además, una larga y porosa frontera que lo separa de los territorios que un día fueron mexicanos y el imperio se los arrebató. De igual forma ha padecido en las dos últimas décadas los avatares del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN).
Así ha llegado el gran país azteca a este 2014, con la incertidumbre de cómo avanzar en tantos frentes a la vez.
Cuando este primero de enero se cumplieron 20 años del Tratado con Estados Unidos y Canadá, el balance no es nada ventajoso para un país que, además de convertirse en importador de granos como el maíz cuando siempre fue uno de los mayores exportadores, ha visto caer en picada su agricultura, su pequeña empresa, lo que, a la vez, ha favorecido la emigración tanto interna como hacia el país vecino.
Como era lógico de esperar, tocó a la tierra azteca la peor parte en este triángulo comercial, donde Estados Unidos ha sido el gran ganador y Canadá lo ha secundado.
Según especialistas, la economía mexicana es muy distinta a la que existía antes de 1994, con auge en la industria automotriz filial de la norteamericana, que ha crecido un 12,6 % anual. Si hace dos décadas existían 13 plantas automotrices, ahora la cifra supera las 30.
Un sector casi abolido por los efectos del Tratado, es el de la producción de juguetes, que ha llegado al extremo de que un 80% de los que se consumen en México son de producción foránea, por lo que la industria local ha sido la gran perdedora.
De 380 industrias mexicanas que fabricaban juguetes en 1993, la inmensa mayoría ha sido obligada a cerrar y hoy suman solo 30 en el extenso territorio azteca.
Con antecedentes como los aquí descritos, para algunos expertos vale la advertencia en cuanto a que México ha pasado a formar parte del modelo geoeconómico de EE.UU., lo que implica que Washington estará ampliamente involucrado en el manejo de las riquezas petrolera y gasífera.
Para el analista local, Jalife-Rahme, en una entrevista con el portal Periodismo Libre, México es la segunda economía más importante de América Latina, y sus grandes reservas de petróleo, —que no tiene Estados Unidos—, ya son motivo del apetito voraz de empresas transnacionales norteamericanas.
En el caso del narcotráfico los males son peores aún, por ser puente o tránsito para surtir al mayor consumidor de drogas del planeta —Estados Unidos— como el eslabón principal de una cadena que involucra a bandas armadas y hasta menores de edad alistados por los capos de la droga.
De acuerdo con el grupo Cauce Ciudadano actualmente unos    75 000 menores de edad están integrados a grupos de delincuencia organizada, la mayoría de ellos, unos 24 000, se integraron al Cartel de Sinaloa; otros 17 000 participan con Los Zetas y 7 500 se ubican en las filas de La Familia Michoacana.
“Hay un uso indiscriminado de adolescentes y de jóvenes, chicos de 13, 14 o 15 años que trabajan como halcones (vigilantes), como sicarios, en el empaquetado de la droga, secuestro de personas o la vigilancia de las casas de seguridad”, dijo a BBC Mundo, Carlos Cruz Santiago, director de Cauce Ciudadano.
Por consiguiente, México enfrenta un 2014 con grandes retos, donde se pondrá a prueba una vez más el espíritu noble del pueblo azteca al que le ha tocado vivir con un vecino hostil y arrogante al que solo le interesan las riquezas de la nación vecina.

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