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Entre Bradley Manning y los Cinco Héroes

23 de septiembre de 2013

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Los cinco luchadores antiterroristas cubanos acaban de cumplir por estos días -12 de septiembre-, quince años de ser hechos prisioneros por parte de las autoridades estadounidenses en Miami, dando inicio así al largo calvario que aún persiste como consecuencia del injusto, arbitrario, amañado e inmoral proceso judicial al que fueron sometidos posteriormente -lleno de violaciones, irregularidades y sobornos-, y que los condenó a las más desproporcionadas y brutales penas de prisión, incluidas dos cadenas perpetuas para dos de ellos y ¡dos cadenas perpetuas más quince años! para Gerardo Hernández Nordelo, contra el que se levantaron cargos totalmente falsos sin ser jamás probados.

Uno de ellos -René González-, regresó recientemente a Cuba tras el cumplimiento total de su condena de quince años, mientras se espera que Fernando González Llortpuede hacerlo en febrero de 2014, al concluir totalmente su sentencia.

Cuando la corte militar dictó sentencia condenatoria contra el soldado norteamericano Bradley Manning por haber entregado para su pública difusión al sitio Wikileaks miles de miles de informaciones clasificadas como altamente secretas por el gobierno de Estados Unidos, la condena de 35 años de privación que le fue impuesta hizo recordar necesariamente -por vía de comparación-, este caso con el de los cinco antiterroristas cubanos y la abismal diferencia que salta a la vista entre las sanciones entre los dos casos.

Si recordamos que la única misión de estos luchadores antiterroristas en territorio estadounidense era defender al pueblo de Cuba y al de Estados Unidos de la actividad criminal de grupos mercenarios situados fuera de la propia ley de ese país y que no eran militares norteamericanos en activo, ni se apoderaron de ningún documento oficial, ni revelaron ningún secreto estatal al que, por otra parte, ni tenían acceso ni esa era su función.

Tanto el panel de la corte de apelaciones de Atlanta como los jefes militares norteamericanos que testificaron en el juicio, confirmaron que este no era un caso de espionaje y así quedó claramente establecido.

La batalla legal por la liberación de los Cinco Héroes cubanos está hoy en el mismo punto donde se encontraba hace un año. Aun se está en espera de la decisión de la jueza Joan Lenard , quien debe reclamar al ministerio público la exhibición de las pruebas que se mantienen ocultas y que verifican las irregularidades del proceso, incluidos los pagos de sobornos a la prensa para organizar el show mediático que ejerció las más brutales presiones y amenazas sobre el jurado actuante en Miami.

La abismal diferencia entre las sanciones a los cinco luchadores antiterroristas cubanos y la impuesta al valiente y honesto soldado Manning solo puede explicarse -a nuestro juicio-, por la gran carga de odio visceral acumulado y la venganza política engendrada por la mafia terrorista cubanoamericano radicada en Miami y sus canales de influencia, que llegan hasta niveles políticos de ambos partidos situados en las dos Cámaras, la prensa corrompida e instancias policiacas y judiciales.

La recién dictada condena contra Manning ha servido para añadir un nuevo elemento a las evidencias que muestran el carácter inmoral y tendencioso de todo el proceso llevado a cabo hasta hoy contra los cinco antiterroristas cubanos; cuatro de ellos permanecen aun secuestrados en cárceles norteamericanas, víctimas de la injusta sentencia que el presidente Obama, mediante indulto, pudiera concluir de inmediato.

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