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El “error” en Chile

2 de septiembre de 2013

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Se acerca la conmemoración del 40 aniversario de la trágica fecha del 11 de septiembre de 1973, cuando el golpe fascista perpetrado por el mando militar, -con el apoyo premeditado de sus cómplices políticos,- contra el presidente constitucional Salvador Allende que había sido elegido libremente en los comicios efectuados el 4 de septiembre de 1970, como candidato de los partidos que integraban la coalición de Unidad Popular.

 

En recuerdo de aquella  criminal acción organizada, financiada y alentada a lo largo de ese período por el gobierno de Estados Unidos (Administración Nixon-Kissinger), mediante la actuación de la CIA y transnacionales de raíz estadounidense como la International Telephone and Telegraph (ITT), se preparan ya diversas actividades de recordación en varias  regiones del mundo, pero fundamentalmente en Chile.

 

El golpe fascista del 11 de septiembre, si bien resultó temporalmente exitoso para sus autores, sirvió asimismo para develar como pocas veces anteriores la participación del gobierno de Estados Unidos, en colusión con la oligarquía local, como manipulador, inspirador e incluso ejecutor de los planes criminales que fueron desarrollándose durante el período del gobierno progresista de Allende, que había proclamado al socialismo como su objetivo y tenía un amplio apoyo de masas reiterados constantemente, a pesar del sabotaje económico y las dificultades que el imperialismo colocaba febrilmente a su paso, como parte de esa conjura intervencionista.

 

Con respecto a dichas conmemoraciones, la agencia francesa de noticias AFP recogió unas declaraciones del presidente chileno Sebastián Piñera, aunque no precisa el momento ni el lugar, fechándola en la Región Metropolitana de Santiago el domingo 20 de agosto-

 

Según esta información, el presidente habría dicho sobre la proyectada recordación, de manera un tanto enigmática: “¿Lo vamos a recordar? Por supuesto que sí, ¿pero para qué? Para aprender de los errores que cometimos y en consecuencia evitar repetirlos en el presente o para repetir los mismos errores que produjeron tanto daño hace 40 años atrás”.

 

Si tenemos en cuenta, además, que tales afirmaciones se producen a escasas semanas de la elección presidencial y entran en la calificación de “error” de una forma imprecisa, bien pudiéramos hacernos algunas preguntas todos los que leímos las palabras del presidente, quién añadió: “Es parte de la cultura que queremos establecer en este país”.

 

Pudiéramos interrogarnos, por ejemplo, a qué “errores” en concreto y precisamente se refería Piñera. ¿Sería a la elección popular y constitucional de Salvador Allende o al golpe fascista y traicionero de Pinochet y los suyos, tanto militares como civiles?

 

Si como parte de esa cultura que se quiere establecer, lo que se intenta es colocar en el mismo nivel de la balanza a la elección de Allende y al golpe fascista, esa será una maniobra perversa que los chilenos seguramente nunca aceptarán.

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