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Harold en Italia

2 de agosto de 2013

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Hoy quiero compartir con los lectores, una entrevista que me concediera el compositor y gran maestro Harold Gramatges, en la octava década de la pasada centuria, cuando aún no le había sido otorgado el Premio Tomás Luis de Victoria y cuando nadie pensaba en que un día, todos lamentaríamos su desaparición física.
Siempre me consideré su alumna, aunque en mis visitas a su casa, en Miramar-donde ocupaba un lugar muy especial su colección de caballos ornamentales- era recibida como amiga de la familia. Pero aquella tarde, nuestra conversación se centraría en el viaje que realizó Harold a Italia (portadora de una tradición musical innegable) donde viajó, para participar en la creación  de una Cantata, en ocasión de celebrarse el Año Internacional de la Paz, y sobre cuyo evento manifestó:
“En la hermosa ciudad de Montepulciano, situada cerca de Florencia, surgió este Festival que cada año se celebra, durante quince días del mes de julio. Aunque lo fundamental es la música, también se disfruta de otras manifestaciones artísticas como la danza y el teatro. La organización está a cargo de lo que se denomina “Taller Internacional de Arte.”
Respecto a la Cantata, Harold expresó:
“El texto era del reconocido poeta italiano Edouardo Sanguinetti y en la música participamos: el alemán Goldmann, el suizo Klaus Hubert, el italiano Luca Lombarda, el chileno Sergio Ortega y yo. Recibimos la invitación en el 84, y tuvimos la primera reunión de trabajo, que duró doce días, un año después.
A mi pregunta sobre cómo pudieron conciliar la música de cada uno de los compositores, con el poema, Harold me explicó:
“En aquel primer encuentro nos dedicamos, exclusivamente a interpretar la obra de Sanguinetti, ayudados por una filóloga, porque como sería cantada en italiano, no sólo debíamos conocer el significado del texto, sino dominar cada frase, cada palabra, cada sílaba. El autor nos entregó cuatro grandes poemas que denominó: “Balada del Trabajo”, “”Balada de la Guerra”, “Balada del Robot” y “Balada de la mujer”, a la que nosotros añadimos una balada instrumental para el final. Y luego de un intercambio de ideas, cada compositor, en su país, debía trabajar su partitura.”
En enero de 1986, Harold viajó por segunda vez a Italia y -además de Montepulciano- visitó Florencia, Bologna y Roma. En esa ocasión, los compositores comenzaron el ensamble de la obra con resultados muy satisfactorios. Y como el resto de la entrevista está relacionado sólo con aspectos técnico-musicales del trabajo, prefiero transmitir la opinión de Harold sobre la vida cultural italiana, luego de su visita, a ese país, en la octava década del pasado siglo.
“La tradición operística se mantiene, pero existe una renovación, porque en la Scala de Milán, y en los teatros de ópera de Roma, Bologna… no sólo se escuchan las obras de Verdi, Puccini, Rossini…sino de autores contemporáneos, pues durante mi estancia allí asistí al estreno de una opera de Luciano Berio -de la estirpe de Luigi Nono y de la generación de Stockhausen y Pierre Boulez- que obtuvo muy buena crítica. En cuanto a las preferencias musicales, al margen de toda expresión popular como el jazz y el rock, en la televisión y en la radio, hay muchos programas dedicados al ballet, la música coral, los conciertos de cámara y sinfónicos, que si bien, en menor escala que los más frívolos, están insertados en la programación diaria, porque allá se cuida mucho la calidad y la variedad; cualquier espectáculo cuenta con una gran coreografía, un excelente guión y un ritmo tal, que puede durar hora y media sin aburrir. Y algo muy importante: los jóvenes se interesan mucho por la música contemporánea.”
En cuanto a la Cantata por la Paz (que ese fue su título) los compositores volvieron a reunirse en 1986, ocasión en la que decidieron estrenar la obra al año siguiente porque estaría dedicado a la música latinoamericana y tanto Harold Gramatges como Sergio Ortega, pertenecían a esas tierras.

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Comentarios



Raúl Rivera / 30 de agosto de 2013

El encuentro de este interesante artículo me ha reencontrado con Hamilé Rozada, vieja amiga de tiempos universitarios. Mi querida Hamilé, soy Raúl Rivera, tu viejo compañero de "tablas" y de danzas (Amalia Cué, Santiago de Cuba). Te he recordado siempre y me gustaría mucho mantener contacto epistolar contigo. Mi correo: Teo@riveraul.jazztel.es Un abrazo afectuoso.

ENRIQUE RAMIREZ / 29 de agosto de 2013

me gusto mucho la entrevista de Harold, y me ha encantado saber de ti,desppues de tantos anos. tAMBIEN LEI ALGO SOBRE RENALDO, LO VES A MENUDO?