Petro, la ONU y la dignidad
29 de septiembre de 2025
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Clarísimo. Lo ocurrido en la Asamblea General de la ONU y también en los alrededores del recinto, en Nueva York, no deja duda alguna en cuanto a la implicación del gobierno de Estados Unidos en el crimen que comete Israel contra la población palestina en Gaza y otras partes de ese país.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha sido un exponente de la dignidad que se debe practicar, más cuando se tienen altas responsabilidades y cuando se habla en nombre de un pueblo.
Petro lo mostró, no sólo en su discurso dentro del cónclave de la Asamblea General en su 80 edición, también fue digno y desafiante, cuando salió a la calle y acompañó en sus reclamos a cientos de manifestantes que gritaban llamados a detener el genocidio en Gaza.
Allí tomó un megáfono y unió sus votos por la paz, a los de quienes, en la cuna del imperio, condenaban los crímenes israelíes y la participación del gobierno de Estados Unidos.
Inmediatamente se supo que el Departamento de Estado, léase Marco Rubio, cumpliendo órdenes de Trump, suspendía la visa a Petro, de manera que no pueda viajar a territorio de Estados Unidos.
El presidente de Colombia, ha instado a su par estadounidense a que «no se rodee de genocidas» y se aleje «de Hitler», dejando de respaldar la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza.
«La esposa suya, señor Trump, o sus hijas, deberían decirle que no está bien matar bebés», demandó el mandatario sudamericano.
Y prosiguió: «Quítese las musarañas de sus asesores, vea a la humanidad con claridad y lo que acontece. No se hace unos Estados Unidos grande matando bebés indefensos».
En otra muestra del uso que dan a la ONU, tanto el primer ministro Benjamín Netanyahu como la administración de Donald Trump, el líder sionista utilizó el podio como si fuese un vertedero, al que arrojó odio y mentiras sobre lo que ocurre en la Franja de Gaza.
Allí sucedió lo que me imagino él esperaba: el recinto fue quedando casi vacío, luego del abandono masivo de la mayoría de las delegaciones.
El personaje de las manos y el alma manchadas de sangre palestina, con su cinismo característico, mostró una tenue sonrisa a los cuatro o cinco que quedaron en la sala y, alguno que otro que aplaudía su presencia.
Sobre su discurso no hay mucho que decir: «Israel no comete genocidio en Gaza», «no es verdad que en Gaza haya hambruna», «la culpa de lo que allí ocurre es del Movimiento Hamas, no de Israel», entre otras mentiras.
A propósito de la presencia de Netanyahu en la ONU, en Nueva York, otra pregunta valdría hacer a Trump, Marco Rubio, y al actual gobierno estadounidense: ¿Cómo es posible que, siendo el Premier israelí, condenado por el Tribunal Penal Internacional —también dependencia de la ONU—, no sufra del retiro de visa para viajar a Estados Unidos y acudir a la ONU a decir cuántas mentiras se le ocurran?
No debiera censurarse la dignidad del presidente colombiano Gustavo Petro, y estimularse la exposición de un criminal en el recinto de la ONU, que debía ser sagrado.
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