ribbon

El concepto de amor en José Martí

19 de septiembre de 2025

|

 

046-Aldo-Soler

El Maestro, a lo largo de su vida, sostuvo buena parte de su pensar y de su actuar en el amor. En consecuencia, pasan de la treintena sus referencias directas a lo que constituyó el sentimiento que dio sentido a los diferentes ángulos y asuntos de su vida, los que expresó por distintas vías: desde un poema. Un discurso, una carta, un artículo o unas notas en sus cuadernos de apuntes. Veamos algunas de entre las varias decenas de sus consideraciones al respecto.

En su drama titulado Adúltera, escrito entre Madrid y Zaragoza (1872 y 1874) durante su primera deportación a España incluye varios juicios acerca del amor. En el más extenso afirma: “Amor es que dos espíritus se conozcan, se acaricien, se confundan, se ayuden a levantarse en la tierra, se eleven de ella en un solo y único ser:– nace en dos con el regocijo de mirarse: alienta con la necesidad de verse– Concluye con la imposibilidad de desunirse! –No es torrente; es arroyo; no es hoguera, es llama; no es ímpetu, es paz.” (…) el amor perdido es un presagio de los infernales sufrimientos. Como puede apreciarse, el joven cubano se expresaba con ideas típicas de la corriente romántica que dominaba las letras hispánicas por entonces.

Años después, ya colaborando en el diario mexicano Revista Universal, señaló: “El amor no es más que la necesidad de la creencia: hay una fuerza secreta que anhela siempre algo que respetar y en qué creer.” Y en otros momento en esa publicación exclamó: “El amor es la excusa de la vida”, “¡No más que el puro amor es bien eterno!”, El amor palpita en cuanto vive: rebosa el ser de amor cuando contempla lo existente.”

Es evidente que según fue madurando su pensamiento, Martí fue ampliando su concepto del amor y lo convirtió en punto esencial de su filosofía acerca de la vida y el ser humano. Así en sus cuadernos de apuntes escribió reflexiones que no estuvieron al alcance de sus contemporáneos como “El amor renueva”; ¡Amor¡ No hay compañero más lisonjero:” “(…) el amor con el engaño vuela.”

Quizás uno de sus criterios más completos acerca del amor de pareja fue el que, ya en edad madura, le escribió en una carta a su hermana Amelia en enero de 1882: “Toda la felicidad de la vida está en no confundir el ansia de amor que se siente a tus años con ese amor soberano, hondo y denominador que no florece en el alma sino después del largo examen, detenidísimo conocimiento, y fiel y prolongada compañía de la criatura en quien el amor ha de ponerse.”

Y el 29 de abril de 1893, en el álbum de Clemencia Gómez, la hija del general Máximo Gómez, estampó: “La única verdad de esta vida, y la única fuerza es el amor. En él está la salvación, y en él está el mundo.”

A María Mantilla, la niña que de hecho quiso como una hija, al igual que a sus demás hermanos, mayores que ella, le estampó en una carta del 9 de abril de 1895 desde Cabo Haitiano, ya en camino hacia la guerra libertadora en Cuba, esta hermosa definición del amor: “Amor es delicadeza, esperanza fina, merecimiento y respeto.”

Estas opiniones emitidas por Martí para muchachas jóvenes nos indican su respetuosa preocupación por la formación del carácter propio en la mujer, para que no fuese una persona cuya vida adulta se subordinara al hombre, al esposo.

Aunque no se ha agotado la totalidad de las referencias martianas al amor, basta esta selección para demostrar que, sin dudas, el amor fue uno de los temas que más le atrajo a Martí por considerarlo algo imprescindible para cada ser humano y para la sociedad en su conjunto.

Galería de Imágenes

Comentarios