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Musk, Trump y el tercer partido

7 de julio de 2025

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Mucho dinero invirtió Elon Musk para apoyar la candidatura presidencial de Trump, así como rompió lanzas a favor de la “motosierra” de Javier Milei y en respaldo a los otros regímenes de ultraderecha en el continente, para ahora, desencantado con una realidad que no se imaginaba, echa pestes de la política seguida por el mandatario, no quiere saber nada del melenudo libertario y condena que se siga apoyando la política de odio preconizada por el canciller trumpista, Marco Rubio, quien se las “guarda” al emprendedor y primera fortuna acumulada en el planeta por haber desmantelado a su preferida USAID, que tanto mal ha hecho a los pueblos, bajo una falsa política de ayuda humanitaria y desinteresada.

Así, tras la aprobación por el Congreso de  “la ley grande y magnífica# preconizada por Trump, Musk denunció que ésta endeudaría enormemente a Estados Unidos, golpearía fuertemente a las personas con menos recursos, por lo cual decidió crear el Partido América, para que el ciudadano norteamericano recobrara su libertad.

Por supuesto, Trump volvió a llamar loco a Musk, dijo que el sistema norteamericano está acostumbrado a dos partidos y le instó a que volviera a sus negocios, que en esto si es bueno.

Anteriormente, el dueño de Tesla y SpaceX había prometido que fundaría un partido si la megaley fiscal promovida por Donald Trump salía adelante. La conocida como ‘Gran y hermoso proyecto de ley’ (‘One Big Beautiful Bill Act’), que fue firmada por el mandatario el viernes, ha sido duramente criticada por el magnate, argumentando que traerá consigo un aumento multimillonario de la deuda del país y “destruirá millones de empleos”.

Musk, nacido en Sudáfrica y nacionalizado en EE.UU., no puede aspirar a la presidencia pero sí influir en ella, como constató al convertirse en el mayor donante republicano para apoyar a Donald Trump. Ha abogado por hacer “perder” las primarias a los legisladores republicanos que aprobaron la ley fiscal y presupuestaria.

El 29 de mayo de 2025, Elon Musk anunció a través de la Plataforma X que su mandato de 130 días como “Empleado Especial del Gobierno” (SGE) de la administración Trump llegaba al final de su salida oficial del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).

Antes de romper con Trump, en 130 días, redujo 130 mil millones de dólares en gastos federales a través de reformas empresariales como la eliminación de agencias, la disuasión de funcionarios públicos y la transformación digital, mejorando la eficiencia fiscal, pero también provocando controversias legales, conflictos de interés y un rebote social.

No mantuvo conversaciones formales con el presidente Donald Trump antes de dejar el cargo, y los funcionarios de la Casa Blanca confirmaron que el proceso de su salida comenzó esa noche. Apodado la “revolución de la eficiencia”, el experimento de reforma, con la mentalidad empresarial y el enfoque impulsado por la tecnología de Musk, recortó, el sudafricano ayudó de gran manera a colorado presidente en numerosos objetivos, apuntalando a su gobierno.

Sus reformas también le han dado a Trump capital político. Las acciones de Musk fueron moldeadas por los medios conservadores como un punto de referencia para “drenar el pantano en Washington”, con el índice de aprobación de Trump aumentando 3,5 puntos porcentuales en los estados indecisos.

Al cuestionar públicamente el despilfarro del gobierno, Musk ha brindado apoyo de la opinión pública a la “política del hombre fuerte” de Trump, acumulando fichas políticas para las elecciones del 2028.

 

EL TRUMPISMO SE SIGUE IMPONIENDO

El plan fiscal de Donald Trump quedó aprobado finalmente, a pesar de duras críticas de la bancada demócrata. La iniciativa contempla cambios cruciales, con rubros millonarios que serán destinados a iniciativas promovidas en campaña por el jefe de Estado.

A pesar de las órdenes de la Casa Blanca a los integrantes de la formación política oficialista de apoyar el proyecto de forma firme, dos republicanos se unieron a la bancada del Partido Demócrata y votaron de forma negativa a la iniciativa.

A lo largo de su trámite legislativo, el sector más progresista de los demócratas argumentó que la ley de más de 800 páginas es perjudicial para los ciudadanos de bajos recursos económicos.

La oposición fue tal que el líder de este partido en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, de Nueva York, retrasó la votación al pronunciar un discurso de unas ocho horas en contra del documento.

Sin embargo, el Partido Republicano logró imponer su agenda.

El paquete legislativo implica grandes reveses para algunas de las políticas públicas promovidas por las administraciones demócratas.

La reforma contempla un importante recorte a las partidas presupuestarias destinadas a Medicaid, programa de salud que fue ideado a través de la Ley de Asistencia Asequible de Barack Obama.

“Durante la primera Administración Trump hubo una intención manifiesta por desmembrar Medicaid y el Obamacare, pero no lo lograron. Ahora lo que se hace es un proceso de reorganización para que estos proyectos tengan menos recursos y lleguen a menos gente”, declaró el analista internacional Rafael Piñeros a France 24.

A su vez, el documento estipula una disminución de recursos para los programas de asistencia alimentaria estatales y los beneficios tributarios para los autos eléctricos y las industrias ‘verdes’. Proyectos que fueron respaldados por el Gobierno de Joe Biden, el antecesor de Trump.

“Se trata de una oportunidad generacional para llevar a cabo el conjunto de reformas conservadoras más completo y trascendental de la historia moderna, y eso es exactamente lo que estamos haciendo”, afirmó el representante republicano por Texas Jodey Arrington, quien también funge como presidente de la Comisión de Presupuestos de la Cámara de Representantes.

Uno de los puntos centrales del paquete son los 4,5 billones de dólares destinados a extender algunas de las exenciones fiscales que fueron promulgadas por Trump en su primer mandato, junto con otras nuevas.

Esto incluye permitir a los trabajadores deducir los gravámenes de las propinas y el pago de horas extras. Además, se autoriza deducir los intereses de algunos préstamos para vehículos y una reducción tributaria de 6 000 dólares para los adultos mayores que no ganen más de 75.  dólares al año.

Otra parte del corazón del texto es el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas y el sistema de protección fronterizo de Estados Unidos.

En concreto, la ley contempla alrededor de 46 500 millones de dólares para la construcción de nuevos tramos del muro con México. También hay partidas que superan los 45 000 millones de dólares para construir y mantener nuevos centros de detención de migrantes en todo el territorio estadounidense.

Por la misma vía, el Gobierno espera que con la reforma fiscal se logre contratar cerca de 20 000 agentes nuevos para el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas y para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

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