Noboa y la entrega de la soberanía ecuatoriana
4 de junio de 2025
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Con el apoyo de legisladores indígenas traidores a un pacto con la izquierda, el gobierno de Daniel Noboa dio un gran paso de avance en la entrega de la soberanía de Ecuador a Estados Unidos, con la aprobación en la Asamblea Nacional de un intento de reforma constitucional que avale oficialmente el establecimiento de bases militares estadounidenses bajo el pretexto de velar por la seguridad nacional.
Nada nuevo en el Tímbe, como se dice vulgarmente, cuando ya hay presencia castrense del país norteño en la base de Manta y la inteligencia norteamericana da los pasos iniciales sobre la masiva presencia militar yanqui en las islas Galápagos, Patrimonio de la Humanidad.
Por supuesto, una aprobación de lo inicialmente expuesto, da un claro matiz aprobatorio a un presidente multimillonario, quien, además de fortalecer la economía neoliberal, santifica los negocios de su familia, la más rica del país, señalada como puntal del narcotráfico, mediante bolsas de cocaína en las cajas del banano de exportación.
La Secretaría Nacional de Comunicación de la Presidencia ya había informado que hay una “guerra declarada contra el narcoterrorismo” y busca potenciar las acciones de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
El pretexto es consabido: las redes del narcotráfico operan de manera internacional, lo que obliga a un esfuerzo conjunto entre naciones aliadas para combatirlas de manera más efectiva, mientras presionaba a la Asamblea Nacional a reformar parcialmente el artículo 5 de la Constitución, que busca eliminar la prohibición de establecer bases militares extranjeras en el país, instaurada durante el gobierno del expresidente Rafael Correa (2007-2017), obligando en su momento a Estados Unidos a abandonar la base de Manta en el 2009.
En fin, todo es parte de la estrategia de Noboa para enfrentar el “conflicto armado interno” contra el crimen organizado, declarado en enero del 2024, en tanto la Corte Constitucional avala la modificación, argumentando que no restringe derechos ni garantías constitucionales, sino que busca fortalecer la seguridad del país.
Ecuador y Estados Unidos mantienen actualmente convenios de cooperación marítima para la captura de embarcaciones que transportan cocaína desde las costas ecuatorianas hacia América del Norte y Europa. La Guardia Costera de Estados Unidos ha participado en varias operaciones en aguas internacionales, entregando posteriormente a los detenidos y los estupefacientes a las autoridades ecuatorianas.
El resultado: el tráfico de estupefacientes sigue aumentando, dirigentes honestos denuncian que sigue saliendo la cocaína hacia Europa en las cajas de banano y el negocio de la familia del mandatario marcha en popa Y a toda vela. Hace menos de una semana, la Aduana rusa decomisó una enorme cantidad de la droga en las cajas de la fruta que llegaron a la nación euroasiática procedentes de Ecuador.
Y mientras el susodicho y quienes lo apoyan se burlan una vez más del pueblo ecuatoriano, apoyado por medios incondicionales qu3 propagandizan su espuria reelección hasta el 2029, mantiene en la inopia a la nación, cuestión que le importa poco.
Para él, que nació en Miami, Florida, el 30 de noviembre de 1987 y se graduó en la universidad George Washington en el 2022, no significa nada entregar la soberanía e independencia del país siempre y cuando Estados Unidos lo acepte como un aliado incondicional en la región de América del Sur.
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