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EE.UU. Jueces asustados; la justicia en peligro

21 de abril de 2025

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Los Estados Unidos de América han existido durante más de 200 años haciéndole creer al resto del mundo que son un país donde impera la justicia y donde los tribunales y el respeto a la ley dicen la última palabra en todos los casos que se le presenten, cualquiera que sean sus dimensiones o implicaciones; un verdadero “paraíso judicial” pretende imperar en este país, cabeza visible del sistema imperialista en el mundo, al que busca regir al unísono.

Sin embargo, de pronto ha surgido un Presidente como representante del Poder Ejecutivo con el expreso deseo de gobernar al país -incluyendo también al Poder Legislativo, actualmente en profundo silencio tanto por parte de la mayoría republicana como de la minoría demócrata- mediante las llamadas “órdenes ejecutivas” que encubren los úkases presidenciales y extender así su voluntad no solo dentro de sus fronteras, llegando hasta la extraterritorialidad injerencista.

Esta pretensión absolutista ha provocado el escándalo y la indignación de los integrantes del Poder Judicial -jueces y fiscales de todos los niveles de la Judicatura- que confirman cada día ser ignorados y preteridos junto a las leyes que representan, sintiendo que las hasta ahora vigentes legislaciones del país son manejadas e interpretadas caprichosamente y a su antojo por parte del Presidente actual y su equipo selecto que no salió de la voluntad electoral.

Según observadores y estudiosos del sistema judicial estadounidense, se está creando una situación sin precedentes en la larga historia del país imperial que puede llevar al caos institucional, no solo en lo interno sino también en las relaciones exteriores con aliados, socios y adversarios, quienes presencian sorprendidos la situación.

Después de machacar inútilmente sobre el totalitarismo y sus causas, el poder imperial estadounidense   parece abocado -según sus propias autoridades judiciales- en una fase incomparable con etapas previas y cuando la ley, el orden y las instituciones son violentadas por el Poder Ejecutivo de manera ilegítima, tal como avizoran jueces y fiscales asustados y nerviosos con razón.

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