Una realidad basada en el humanismo y en el amor

1 de febrero de 2024

|

Yoel Lugones Vázquez

|

Casa de la Poesía, Cuba, Cultura, Estados Unidos, Oficina del Historiador de La Habana

Fotos: Alexis Rodríguez

“Aférrate a los sueños, porque si los sueños mueren,
la vida es un pájaro de alas rotas que no puede volar”.
Langston Hughes

 

“Somos muchos, pero tenemos que mostrarnos y vernos los unos a los otros (…) Esto es un ejemplo que es prácticamente como una especie de poema y por eso es que es tan conmovedor, porque un poema que viene con la humanidad nos hace recordar que tenemos poder. No somos tan débiles como pensaríamos que somos. Por eso, en un lugar como este estamos honrando a Langston Hughes y a Nicolás Guillén. Esto nos hace ver que también tenemos memoria y la memoria es poder. Sin los recuerdos no podemos avanzar. Tenemos que recordar a quienes estaban y se proyectaron antes, y entender que ellos estaban en aquel entonces por nosotros”.

 

 

Estas palabras de la escritora norteamericana Alice Walker – defensora de los derechos humanos y la justicia social –, de visita por estos días en La Habana, son reflexiones que sintetizan el homenaje a un grande de las letras norteamericanas y que ahora se recordará siempre en el Patio de la Poesía, en el Centro Histórico habanero.

 

 

Con la develación de un busto del poeta, novelista y dramaturgo afroamericano Langston Hughes – realizada por un grande de la escultura que es Alberto Lezcay –, se ofrecía otra señal de la unidad entre nuestros pueblos, Cuba y Estados Unidos, y se reafirmaba las conexiones culturales profundas que siempre han existido entre ambas naciones, como bien expresó Magda Resik, Directora de Comunicación de la Oficina del Historiador y Vicepresidenta de la UNEAC.

 

 

En el encuentro estuvieron presentes la propia Alice Walker; Alpidio Alonso, Ministro de Cultura de la Isla; Martha Bonet, Presidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC); la poetisa cubana Nancy Morejón y el escritor y etnólogo Miguel Barnet, ambos Premios Nacionales de Literatura, entre otros invitados.

 

 

Presentes también miembros del Espacio Cultural Busboys and Poets («Ayudantes de camareros y Poetas») – encabezado por Andy Shallal, activista iraquí estadounidense – que agrupa a escritores, pensadores y soñadores solidarios con Cuba. Esta delegación norteamericana de Busboys and Poets durante su estancia en el país ha recorrido varias instituciones culturales. En cada escenario han manifestado su interés por brindar apoyo y continuar tendiendo lazos de amistad y solidaridad con Cuba.

 

 

Langston Hughes fue un poeta, novelista y dramaturgo afroamericano que se convirtió en uno de los principales intérpretes de las relaciones raciales en los Estados Unidos desde la década de 1920 hasta la de 1960. Hughes tuvo una de las voces principales en el Renacimiento de Harlem de la década de 1920. Sus poemas abarcaron la política radical, la pobreza, los prejuicios, la violencia y una serie de otros temas socioeconómicos que narran la experiencia afroamericana. Publicó más de 35 libros y su influencia se ve en los escritos de autores desde su generación hasta el presente.

 

 

Momento importante del encuentro fue la evocación de la gran amistad que, en 1930, nació entre Langston Hughes y Nicolás Guillén, nuestro Poeta Nacional. Ellos se conocieron en La Habana y rápidamente se identificaron por las causas comunes que ambos defendían: desde la lucha por la igualdad y la justicia, hasta la reivindicación del legado de los pueblos africanos a nuestras culturas.
Como se ha dicho en más de una ocasión, “Langston llegó a Cuba en un viaje relámpago como marinero a finales de los años 20 del siglo pasado, pero su contacto más fecundo con la Isla aconteció en 1930. Fue entonces que conoció a Nicolás Guillén, tan joven como él, por mediación del notable periodista José Antonio Fernández de Castro y Gustavo Urrutia, quien en el «Diario de la Marina» poseía un espacio titulado «Ideales de una raza»”.

 

 

Andy Shallal recordó cómo ambos eran dos hombres de países diferentes, con idiomas diferentes, y no vieron el mundo ni como cubanos ni como norteamericanos, sino como seres humanos, aspirando a los mismos sueños, los mismos deseos.
“La inauguración de este escultura es un símbolo de que aquí estamos como guerreros culturales para retomar el punto en el que ellos lo dejaron y para manifestar una nueva realidad, una que trasciende lo político y que está basada en el humanismo y en el amor”, finalizó.