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Trastornos del sueño

22 de febrero de 2023

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Este tema ocupa un sitio relevante en el estudio de la Ciencia. Quienes tienen tendencia a dormir poco, no lo consideran una dolencia que puede generar depresión y hasta propiciar un infarto de miocardio. Dicho así, el desconocimiento induce a negar tal riesgo, por eso, resulta conveniente conocer sobre este aporte científico.

Según plantean, ese poco dormir desequilibra el sistema inmunitario, por ende, facilita la aparición de: sonambulismo, terror nocturno, pesadillas, apnea, narcolepsia, y otras más que impiden la necesaria recuperación del organismo, entre ellas: bruxismo, rechinar de los dientes mientras se duerme con inevitable desgaste de la dentadura.

En cuanto al terror nocturno y el sonambulismo, se presentan en el primer tercio de la noche. Son, realmente, pesadillas durante el sueño profundo, denominado REM, muy frecuentes en los niños.

Muchos conocen el “síndrome de las piernas inquietas”, (SPI), movimiento incontrolable de las piernas, acompañado por una sensación dolorosa que comienza en las tardes y se agrava en la medida que se acerca la noche.

La apnea del sueño es la interrupción repetitiva de la respiración en pleno estado de sueño, atribuida a alteraciones muy severas. Vinculan esta afección a quienes roncan y a los fumadores. Está la narcolepsia: crisis paroxística e incontrolable del sueño, tan grave que puede aparecer hasta manejando un automóvil, con sus graves consecuencias.

Las causas que se derivan de estos trastornos del sueño, incluyen la mucha o poca alimentación; complicaciones respiratorias como la apnea obstructiva del sueño, frecuente en personas obesas por la concentración de grasa que obstruye la respiración, sobre todo, cuando se localiza en  faringe y abdomen.

También conviene saber que dormir menos de lo necesario puede provocar: hipertensión, depresión o ansiedad, estrés, fatiga diurna, problemas metabólicos de sobrepeso y trastornos gástricos.

Generalmente, las personas se preocupan por el insomnio, pero es más importante la  calidad del sueño, al punto que, existen  criterios médicos que conceptúan  los efectos de dormir similares a los del envejecimiento.

Quienes trabajan de noche alteran el “ritmo circadiano”, reloj natural que regula los ciclos de sueño y vigilia. Dormimos durante las horas nocturnas y nos mantenemos despiertos de día. Pero, si ese reloj natural se desincroniza, el organismo siente el  cansancio antes de la noche y luego  despierta de madrugada sin volver a conciliar el sueño.

Esperemos que la Ciencia genere futuras terapéuticas para dar solución definitiva a ese padecer de la humanidad.

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