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José Martí y Antonio Maceo: sus aportes a la causa por la independencia de Cuba

24 de junio de 2022

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José Martí y Antonio Maceo se relacionaron en el empeño de lograr la reanudación de la guerra por la independencia de Cuba, cuestión que pudo hacerse realidad en el año 1895.

Antonio Maceo, quién había nacido en Santiago de Cuba el 14 de junio de 1845, si tenía experiencia en el campo militar por haber participado en la guerra de los diez años. Él se incorporó a la guerra iniciada el 10 de octubre de 1868 en la zona oriental del territorio cubano tan sólo dos días que Céspedes emprendiera y encabezara a lucha.

José Martí tenía 15 años en ese instante y se hallaba residiendo en La Habana por tanto ni participó ni conoció de modo directo a quienes empezaron a batallar para lograr la independencia de Cuba.

Martí si se sintió motivado por el combate de sus compatriotas por alcanzar la liberación de Cuba del dominio colonial español.

Incluso esto lo puso de manifiesto en un soneto que creó unos meses después, exactamente en 1869,  y que identificó como 10 de octubre.

En la parte inicial de ese soneto señaló:

No es un sueño, es verdad: grito de guerra

Lanza el cubano pueblo, enfurecido;

El pueblo que tres siglos ha sufrido

Cuando de negro la opresión encierra.

Casi dos años después Martí por sus convicciones patrióticas sufrió el presidio político y la realización de trabajo forzado en La Habana.

Después, en enero de 1871, salió hacia España en calidad de deportado y estuvo allí hasta enero de 1875 en que viajó en barco desde Madrid con destino a México, país donde residió hasta finales de 1877.

Tras una breve estancia en La Habana,  utilizando su segundo nombre y apellido para pasar inadvertido, se dirigió nuevamente hacia México y de ahí se trasladó a Guatemala.

En ese país centroamericano permaneció hasta finales de agosto de 1878. Fue entonces que pudo retornar a La Habana.

Es decir mientras duró la Guerra de los Diez Años Martí, con excepción de unos meses, estuvo fuera de Cuba, pero si tuvo conocimiento de alguna manera de la situación existente en su tierra natal.

En el desarrollo de la guerra  Antonio Maceo fue sobresaliendo por sus condiciones como combatiente y jefe capaz y el 15 de marzo de 1878 alcanzó una gran relevancia por su firme actitud de no aceptar deponer las armas sin haberse alcanzado la independencia de Cuba ni haberse  decretado la abolición de la esclavitud.

En una entrevista con el general español Arsenio Martínez Campos realizada en la zona de Mangos de Baraguá realizó lo que se identifica en la historia de Cuba como la Protesta de Baraguá.

Acerca de ese hecho, varios lustros después,  hizo referencia José Martí en una carta que le envió a Antonio Maceo el 25 de mayo de 1893 en la que le detalló: “Precisamente tengo ahora ante los ojos “La Protesta de Baraguá, que es de lo más glorioso de nuestra historia.”

En 1878 Maceo no pudo permanecer luchando durante  un tiempo prolongado en el territorio cubano y finalmente tuvo que salir hacia Jamaica y años después también residió en Costa Rica.

Por su parte Martí también estuvo en Cuba, en La Habana en específico, relativamente poco tiempo. En el mes de septiembre de 1879 fue nuevamente detenido por sospechas de las autoridades españolas que se hallaba conspirando y

otra vez resultó deportado hacia España, sólo que en esa oportunidad al cabo de unos meses pudo viajar hacia los Estados Unidos.

En los años iniciales de  la década del ochenta, en el siglo XIX, el dominicano Máximo Gómez, quién había participado en la Guerra de los Diez Años, y Antonio Maceo intentaron llevar adelante un plan para reanudar la lucha en Cuba.

Martí a través de cartas se empezó a relacionar con Gómez y Maceo, pero después decidió, por no estar de acuerdo con algunas cuestiones esenciales,    separarse de ese plan y así se los hizo constar con sinceridad en cartas que les escribió.

No obstante cuando años más tarde él comenzó a concebir la idea de reorganizar la guerra en Cuba en aras de alcanzar la independencia enseguida pensó  en contactar con hombres de la calidad y experiencia de Máximo Gómez y Antonio Maceo, respectivamente.

En 1893, por ejemplo, Martí fue a entrevistarse con Maceo en Costa Rica. Y al retornar a Nueva York escribió un trabajo en el que describió las cualidades, sensibilidad y firmeza de Antonio Maceo y el compromiso que sentía con la causa de la independencia de Cuba.

Llegó a destacar  que  jamás parecía  que aquel hombre pudiera, con su serena pujanza, afligir u ofender, por sobra de hecho ó parcialidad de juicio, la patria a quién ama de modo que cuando habla, a solas con el juramento, de la realidad de ella, del fuego que hay en ella, la alegría le ilumina los ojos, y se le anuda en la garganta el regocijo y aseguró que estaba  delante el campamento, y los caballos galopando, y se ven claros los caminos.

Resumió en una breve pero emotiva frase  lo que reflejaba Antonio Maceo al detallar: “Y hay que poner asunto a lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo.”

Y seguidamente patentizó al resumir el aporte que podía brindarle a Cuba:  “Con el pensamiento la servirá, más aún que con el valor. Le son naturales el vigor y la grandeza”.

Mediante la gran labor realizada por José Martí y otros patriotas se pudo lograr que se reiniciase en Cuba la guerra por la independencia de Cuba el 24 de febrero de 1895.

Martí se hallaba en ese instante en Montecristi, Santo Domingo, donde había ido a encontrarse con Máximo Gómez para desde allí poder trasladarse lo más pronto posible hacia el territorio cubano.

De inmediato le escribió a Maceo para comunicarle la noticia. En  carta fechada el 26 de febrero de 1895, le señaló: “Al General le escribo hoy, aún más que al amigo: la guerra, a que estamos obligados, ha estallado en Cuba.”

Y más adelante le agregó: “Cuba está en guerra, General. Se dice esto, y ya la tierra es otra. Lo es ya  usted y lo sé yo.”

Por distintas vías y tras encarar muchas dificultades y limitaciones de tipo material Antonio Maceo así como José Martí, en unión de Máximo Gómez, lograron trasladarse a Cuba.

Maceo se trasladó en una expedición encabezada por el General Flor Crombet que llegó por la zona de Duaba el primero de abril y Martí, Gómez y un reducido grupo de patriotas lo hicieron por Playitas de  Cajobabo el 11 de ese mes.

No es hasta el 5 de mayo cuando las tres grandes figuras de la gesta independentista, Maceo, Gómez y Martí, pueden encontrarse en La Mejorana.

De lo tratado en ese encuentro no hay constancia documental pero indudablemente se tuvo que tratar, entre otras cuestiones, lo referido a la  organización, dirección y desarrollo de la guerra.

Es indudable que a partir de criterios personales muy específicos así como  experiencias pueden haberse presentado opiniones no concordantes, pero eso no quiere decir que se produjera una ruptura entre ellos.

Incluso siete días después en una carta que le envía Martí a Maceo, fechada el 12 de mayo, le ratifica la confianza que tiene en el hecho que él pudiera seguir influyendo en forma notable en los luchadores independentistas cubanos.

Preocupado por la falta  de acciones combativas que impidieran el movimiento y fortalecimiento de las fuerzas españolas, Martí le pide a Maceo: “Súbase en los estribos, y haga arder los hombres a su voz.”

Una semana después se produjo en la zona de Dos Ríos la caída en combate de José Martí.

Durante el segundo semestre de 1895 y a través de casi  todo el año siguiente Antonio Maceo continúo dando su aporte al desarrollo de la guerra y hasta  dirigió en forma exitosa la invasión de Oriente hasta la zona occidental del territorio cubano.

El 7 de diciembre de 1896 libró su último combate en San Pedro, en Bauta.

Ambos entregaron sus vidas en aras de lograr la independencia de Cuba.

Sus nombres están entrelazados en la historia de Cuba.

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