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Las marcas de la muerte

23 de mayo de 2022

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Lógica publicidad macabra recibió en días recientes la masacre en un mercado popular de Bufalo, donde un joven blanco de 18 años, imbuido de ideas nazis y supremacistas, asesinó a diez personas e hirió a otras 13, en su inmensa mayoría negras, una acción que hizo que el presidente Joe Biden asistiera a la escena del crimen.

Condolencias hizo llegar personalmente el mandatario a los familiares de las víctimas, calificado de veneno al supremacismo blanco, que durante décadas ha estado desbocado sin que el poder nominal gobernante norteamericano haya hecho algo firme y consecuente para atajarlo.

Mientras Biden trataba de consolar a padres y madres que acaban de perder a sus hijos, Estados Unidos reportaba nuevas marcas de armas vendidas a la población y con ello el aumento de los asesinatos, en una nación en que la mayoría de sus estados no tienen reglas reales de protección al respecto.

Destacaba el colega Cubasi como Wayne Jone, madre de Celestine Chaney, una de las diez víctimas mortales de la masacre, dijo que apreciaba que el mandatario de su país se tomara el tiempo para reunirse con las familias, pero no se mostró optimista de una pronta solución, debido a la división partidista que atraviesa el país.

“Dejen de discutir de un lado a otro, republicanos y demócratas, y pónganse a trabajar. Hasta que no se saque el dinero, va a ser difícil. Se está ganando mucho dinero con la compra de armas: ¿quién necesita un AR-15?” dijo Jone.

Ahora se hace hincapié que estos asesinos generalmente jóvenes beben en sitios nazis y supremacistas, que hacen hincapié en la matanza de negros para evitar que sea sepultada la raza blanca en Estados Unidos.

Un mal muy difícil de evitar, porque hasta ahora nada se ha hecho sinceramente acerca de lo que constituye una pesadilla no solo para los afroamericanos, sino también para otras etnias que son originarias en EE.UU. o llegan al país como migrantes.

De los casi 800 grupos de supremacías blancos con conocimiento oficial, 140 patrullan en estos momentos la zona fronteriza con México, “cazando” inmigrantes, con toda impunidad, principalmente en los estados de Texas y California.

Es el nunca acabar, porque las marcas de venta de armas y asesinatos se establecen cada año, mientras algunos medios echan la culpa a una epidemia de coronavirus -que ya causó la muerte de un millón de norteamericanos en su aval- y cuyo aislamiento, se dijo, provocó que muchos jóvenes navegaran en internet por esos sitios obscenos y aprendieran a matar a quienes consideran de más en la nación más rica del mundo.

O sea, es un mal que viene sobresaturado con el envenenamiento de las mentes de jóvenes por las diversas doctrinas racistas, alimentadas por el falso ego de la superioridad de la raza blanca y que tiene a la población negra como principal objetivo mortal.

 

SOCIEDAD ENFERMA

Todo es producto de una sociedad enferma, con organizaciones supremacistas que tienen en su aval un enorme número de asesinatos de afrodescendientes, muchos de los cuales fueron colgados y quemados en diversos estados de la Unión, sobretodo en Georgia.

Según Los Angeles Times, un número récord en las ventas de armas fue clave para las tasas más altas de muertes por armas de fuego en los estados del sur y el oeste en el 2020 -45 222 en todo el país-, lo cual fue superado el pasado año, aunque no se conocen oficialmente las estadísticas al efecto, y este 2022 promete que será mayor el índice negativo.

Mississippi tuvo la tasa más alta de muertes por armas de fuego en el 2020: 28,63 por cada 100 000 muertes, seguido de Luisiana 26,9, y Wyoming 25,9. Hawái tuvo la tasa más baja de muertes por armas de fuego: 3,37, seguida de Massachusetts 3,74 y Nueva Jersey, 5,03.

Los investigadores señalan que los estados con las tasas más bajas de muertes por armas de fuego tienen leyes más estrictas, algo que no ocurre en la mayor parte de Estados Unidos, con un Congreso y lobistas siempre dispuestos a lucrar con la venta de los instrumentos de muerte.

De hecho, casi los dobles de estas nuevas armas aparecieron en las escenas del crimen en el 2020 en comparación con el 2019, según un informe de Johns Hopkins Center for Gun Violence Solutions que analiza los datos de muertes por armas de fuego de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

La violencia armada fue la principal causa de muerte entre los jóvenes menores de 25 años y los menores de 30 tenían casi diez veces más probabilidades de morir por un arma de fuego que por COVID-19 en el 2020. En el otro extremo de la edad espectro, las personas de 75 años o más, tenían el mayor riesgo de morir por suicidio con arma de fuego, con una tasa dos veces mayor que el promedio nacional.

Si bien las expresiones de racismo más virulentas son condenadas, algunas nociones extremas están popularizándose.

En una encuesta difundida la semana pasada, la Asocciated Press y el NORC Center foro Publica Affaires Resecar comprobaron que uno de cada tres estadounidenses cree que se está tratando de reemplazar a los estadounidenses nativos con inmigrantes con fines electorales.

 

“GRAN REEMPLAZO”

Con regularidad muchos adherentes a las versiones más extremas de la teoría del “gran reemplazo” hablan del tema usando aplicaciones codificadas. Son cautelosos. Saben que los están vigilando.

“Son muy astutos. No hacen llamados a las armas muy obvios”, aseguró uno de sus críticos.

Tucker Carson, la personalidad de Fox News más popular, propaga falsedades que son adoptadas por personas blancas que sienten que están perdiendo poder económico y social.

“Sé que la izquierda y todos los guardianes de Twitter se ponen literalmente histéricos si usas la palabra ‘reemplazo’, si insinúas que el Partido Demócrata trata de reemplazar el actual electorado, la gente que vota ahora, con gente nueva, votantes más obedientes del Tercer Mundo”, manifestó Carson en su programa, y subrayó: “Pero se ponen histéricos, porque eso es lo que está pasando, digámoslo. Es la verdad”.

Un estudio del contenido del programa de Carson en los últimos cinco años hecho por The New York Times, encontró 400 instancias en las que Carson dijo que los demócratas y otros sectores quieren cambiar el componente demográfico del país a través de la inmigración.

Fox News defendió al conductor del programa, señalando que en reiteradas ocasiones Carson condenó la violencia política de cualquier sello.

El comité de campaña de la presidenta de la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes, Elipse Stefano, fue criticado el año pasado por una propaganda en la que se decía que “demócratas radicales” planean “una insurrección electoral permanente” mediante la aprobación de una amnistía para inmigrantes sin permiso de residencia, que crearía una mayoría liberal permanente en Washington.

Lo cierto es que a muchos le preocupan el mensaje que transmiten Carson y otros adherentes a la teoría conspirativa, porque, en realidad, están dando a conocer la teoría del gran reemplazo a una audiencia conservadora con una pastilla fácil de tragar.

Nada extraño en ese mundo de discriminación, donde cualquier pretexto, por muy fútil que sea, sirva para seguir superando las marcas de la muerte.

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