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Iluminado el Palacio de Lombillo con colagrafías del pintor Manglar

14 de mayo de 2013

Por María Grant

Más allá de las disquisiciones teóricas sobre si el término preciso es colagrafía o colografía, lo cierto es que, con sus novedades técnicas e incuestionable vis cómica, la exposición personal «La matriz» del artista Ramón Rodríguez Fernández, Manglar (Pinar del Río, 1958), ha irradiado con luz propia la sala transitoria de la planta baja del Palacio de Lombillo.
Auspiciada por el Museo de Arte Colonial y bajo la curaduría de Noemí Díaz Vilches, la muestra —que permanecerá abierta hasta el 10 de junio— está integrada por 15 piezas de las cuales parecen brotar —juguetonas— las simpáticas y coloridas figuras salidas de las prodigiosas manos de este autodidacto grabador y pintor que, con esta exhibición, hace  resplandecer la casona colonial ubicada en el privilegiado espacio de la Plaza de la Catedral.

Para el espectador simple se trata de pinturas con todas las de la ley, aunque los pies de obra precisan que son  óleos y tinta sobre matriz de colagrafía, es decir, la fuente de una secuencia de originales múltiples —exhibidas por primera vez— que es el resultado de que el artista haya «cambiado la tinta de imprenta por el óleo y las matrices de estampaciones, terminaron convirtiéndose en matrices iluminadas, piezas únicas, sin impresiones».1
Graduado en 1984 de ingeniero en Telecomunicaciones, de 1988 a 1992  Manglar fue director de programas de televisión en Tele Pinar, Pinar del Río. Realizó documentales sobre los pintores coterráneos suyos Pedro Pablo Oliva, Reina Ledón, Juan Suárez Blanco y Arturo Regueiro. Estos dos últimos resultaron distinguidos en las III y IV Muestras de Cine Joven, por Mejor filme en video (1990) y Premio especial del jurado (1991), respectivamente.

Incuestionablemente 2004 marcó un viraje en el quehacer de  este creador pinareño, quien entonces obtuvo una beca en el Taller de grabado Frans Masereel en Bélgica y realizó un workshop en el Taller de Grabado del Museo Guttember en Alemania. En aquel tiempo también realizó exposiciones de colagrafía en Bellano, Italia; así como de grabados, en Maguncia, Alemania y en el Palazzo del Bim, Sondrío, Italia. Además obtuvo Mención en grabado en el Salón 13 de Marzo, del que en 2002 había sido Premio.

La presente exposición, un tanto naif, muestra la evolución experimentada por Manglar de grabador a pintor. Sin embargo, la especialista Silvia Llanes Torres en las palabras inaugurales, hizo notar que no hay modificaciones sustanciales de figuración ni de historias; tampoco, en la inspiración. A su juicio, resulta interesante que manteniéndolas «cambia completamente las técnicas de grabado y lo que eran matrices se convierten en obras únicas».
Y lo cierto es que Daniela, la hija del artista, resulta la protagonista principal de las 15 obras que integran «La matriz» ya que aparece en muchos de los cuadros  llenos de lirismo, fabulación y buen —y a veces muy cubano— sentido del humor:  Daniela soñó que el pan de la bodega… ¿Vamos bien papá? Da igual Dany, da igual… (2006) y Daniela soñó que la puerta de atrás no abría (2010), por ejemplo.

 
1Silvia Llanes Torres: Palabras para el Catálogo de la exposición «La matriz…» abril 2013

 

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