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La cocina en la literatura cubana (I)

22 de octubre de 2021

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El tema culinario es recurrente en la literatura universal y probablemente una de las maneras que tienen los estudiosos de las culturas de regiones puntuales, para determinar con escaso margen de error, la cualidad económica social de ese entorno. A través de este prisma nos adentramos con sutileza y desenfado en las cocinas referentes o en las menos rutilantes, pero llenas también de sabiduría y experiencia.

No hay país, por exiguo que pueda ser su catálogo de obras literarias, que no cuente en su haber cierto panorama alrededor de este contexto y evidentemente, la literatura cubana no es una excepción. Yo diría más, es casi ineludible que un escritor cualquiera recree las incidencias puntuales de un conglomerado humano y no se proponga la oportunidad de tropezar en su desarrollo con el momento exacto en que esas personas tengan por necesidad que alimentarse y ello introduce la obligación de describir, con mayor o menor soltura, ese acto impar.

Como el tema da para mucho y el espacio asignado es limitado, escogeremos algunos ejemplos de nuestra literatura.

Nuestra primera obra literaria, Espejo de paciencia, escrita por Silvestre de Balboa a principios del siglo XVII, relata en versos los sucesos ocurridos  en el poblado de Yara con motivo del secuestro del obispo Juan de las Cabezas Altamirano. Así nos informa sobre las Cien arrobas de carne y de tocino que ofrecen entre otros por el rescate. Y como …con sus manos ofrecen frutas con graciosos ritos. Guanábanas, gegiras y caimitos. Cargadas de mehi y tabaco… mameyes, piñas, tunas y aguacates. Plátanos, mamones y tomates. Y muchas pitajayas olorosas; con mucho jaguará, dajao y lisa. Camarones, biajacas y guabinas.

cecilia valdés

Cuanto nos ha dejado Cirilo Villaverde, autor de la emblemática novela romántica y costumbrista del siglo XIX Cecilia Valdés, cuando nos ilustra sobre las usos de época para la celebración de la Nochebuena, la buena y refinada mesa en casa de linaje, o el desespero por las tortillas de San Rafael que en ventas callejeras voceaban las negras vendedoras por las calles habaneras. O una ilustración tan simple como el relato de su viaje a Vuelta Abajo y las menudencias que adquirían para mitigar la sed y el hambre, en el discreto viaje por ferrocarril hasta esa zona del país.

Son famosas y sonadas algunas controversias entre escritores, teniendo como telón de fondo la alimentación. Aún se recuerda la que sostuvieron en Buenos Aires a mediados del siglo XX, los poetas Nicolás Guillén de Cuba y Rafael Alberti de España. Tema: el regalo de un apetitoso jamón de pierna del primero al segundo. El propio Nicolás Guillén, nostálgicamente recuerda en verso escrito en España para esa misma fecha, sencillos platillos de la cocina tradicional cubana, que eleva con su emoción al nivel de la mesa de alcurnia.

José Martí, patriota, escritor y poeta, todo en uno mismo y con mayúsculas siempre, escribió con su pluma afilada y observadora, un diario de campaña que recorre los últimos días de su vida en una campiña cubana desconocida para él que había vivido forzosamente fuera de Cuba por décadas. Sagaz como era, sorprende con su observación los más mínimos detalles de los manjares populares del campesino cubano por las sendas que cruzaba. Más de una vez, los estudiosos recurren todavía a este famoso diario para conocerlo y de paso conocernos nosotros también.

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