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Precauciones en el uso de colirios

13 de julio de 2021

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Los colirios son un tipo de preparación farmacéutica destinada a la aplicación en los ojos. Algunas de sus características son comunes a las de otros preparados destinados a administrarse por la vía oftálmica, pero a diferencia de ellos, los colirios tienen un riesgo elevado de contaminación una vez abierto su envase primario. Por esta causa existen una serie de recomendaciones que se deben tener en cuenta a la hora de utilizar un colirio.

Las gotas oftálmicas están esterilizadas en su envase hasta el momento de la apertura, por lo que están libres de gérmenes. Sin embargo, en cuanto se abren los envases por primera vez, los gérmenes pueden penetrar en su interior, lo cual se ve propiciado cuando la punta del gotero entra en contacto con los dedos.

Una de las primeras precauciones que hay que tomar a la hora de administrar un colirio es evitar que se contamine, ya que podría afectar al ojo. Por ello se deben lavar siempre las manos antes de manipular estos medicamentos. También para evitar la contaminación, es importante evitar que la punta del gotero entre en contacto con la superficie del ojo.

Para facilitar la aplicación del colirio, lo adecuado es bajar el párpado inferior, depositando el número exacto de gotas prescritas en la cavidad que se forma. Sirve de ayuda en este procedimiento, inclinar la cabeza un poco hacia atrás y hacia el lado del ojo donde se realizará la administración. A continuación se recomienda parpadear un par de veces para extender las gotas por toda la superficie ocular.

Al concluir la aplicación del colirio, se aconseja cerrar los ojos durante unos minutos para limpiar el exceso de líquido. Si se necesita aplicar un segundo colirio, lo mejor es esperar unos minutos para que se pueda absorber correctamente el primero.

Muchos colirios producen ardor o enrojecimiento leve y de corta duración instantes después de su colocación. Esto es algo previsto y en caso de ocurrir, no debe ser motivo para interrumpir el tratamiento.

Puede que se perciba el sabor del colirio en la boca, lo cual es normal ya que el conducto lagrimal drena hacia el interior de la nariz, que a su vez está comunicada con la garganta. También es posible que la visión se vuelva borrosa durante algunos momentos.

La fecha de caducidad que aparece en la etiqueta del colirio solo hace referencia a su vencimiento antes de abrir el envase. Estos preparados no deben usarse después de cuatro semanas de haberse abierto, ya que a partir de ese momento no se puede asegurar su esterilidad y existe riesgo de contaminación por algún microorganismo.

Transcurrido este intervalo de tiempo, los ingredientes del medicamento pueden presentar cambios y no mantener las condiciones idóneas para la administración ocular. En algunos casos indicados en el propio prospecto, este periodo puede ser incluso más corto.

Para la correcta conservación del colirio hay que mantener el envase bien cerrado, en un lugar fresco y seco hasta la siguiente aplicación y nunca se debe guardar tras acabar el tratamiento.

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