Muestra autos clásicos una emisión cubana

23 de octubre de 2018

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Correos de Cuba puso en circulación la interesante serie Autos clásicos que recoge en sus seis estampillas y la hoja souvenir modelos de automóviles que marcaron épocas en la industria automotriz a nivel mundial.

La estampilla con el valor facial de cinco centavos muestra un Dusenberg 52 de 1932, le sigue el timbre de 50 centavos donde se destaca un Lincoln modelo K de 1931, mientras que en la estampilla de 85 centavos tenemos un Ford de Luxe, fabricado en 1934.

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Continuamos con el sello de 15 centavos que presenta un Bugatti de 1936, al tiempo que en el valor de 65 centavos se aprecia un Mercedes Benz modelo 540 K, también de 1936, para terminar con un Chevrolet Master Sport Coupe de 1932.

La hoja souvenir está dedicada al famoso auto Volkswagen, más conocido por sus siglas VW de 1938, que revolucionó la industria del automóvil por sus dimensiones, su resistencia y el motor de cuatro cilindros de bajo consumo de combustible.

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La emisión Autos clásicos fue impresa en papel cromo por el sistema OFF-SET, en formato horizontal con las medidas 48 por 31 milímetros y perforación 12 y medio. Circula a partir del 20 de febrero de 2016.

Consejos útiles

Un detalle de suma importancia a tener muy en cuenta es que en las colecciones nunca se montarán sellos u otros materiales en mal estado, no olviden que en Filatelia Temática los sellos nuevos con restos de charnelas tendrán el mismo valor que los nuevos, con o sin goma.

Esta es la razón por la que muchos filatelistas prefieren lavar los sellos para eliminar esos restos, además de la goma, con el fin de evitar que adquieran hongos.

Por otra parte, los cuños o matasellos deben ser claros y legibles sin afectar, en exceso, la imagen de las estampillas.

Cuando se trate de sobres y cancelaciones especiales, estos deben tener el carácter oficial que le dan los genuinos canceladores de correos, de manera que se evitará el uso de canceladores comerciales o privados que carecen de valor postal.

Al mismo tiempo no deben usarse cancelaciones de favor estampadas sobre los sellos con fines comerciales para su venta, sin que esto signifique que dichas estampillas fueron utilizadas necesariamente para franquear cartas.

Los canceladores que se usen deben ser temáticos, ya que su ausencia en una colección le resta valor y denota desconocimiento por parte del filatelista.

Debemos aclarar que un simple cancelador que diga Primer día de emisión, en inglés First day of issue, no es apropiado para la colección porque no aporta ningún elemento nuevo que pueda contener el sello, por esta razón no debe ser utilizado.

Hasta aquí estos consejos que esperamos hayan sido de provecho para nuestros amigos filatelistas.

Curiosidades de la Filatelia

La tarjeta postal es un entero postal, valga la redundancia, que lleva en el frente un sello impreso por el valor del franqueo y un espacio lineado para escribir los datos del destinatario, mientras que en su reverso se escribe el mensaje.

Están hechas de cartulina y fueron concebidas para comunicar mensajes breves en los que la privacidad del contenido no es importante, de manera que pueden circular por el correo sin ser introducidas dentro de sobres.

En materia de tarjetas postales, la Unión Postal Universal recomienda formatos de 14,8 por 10,5 centímetros y 14 por 9 centímetros.

La invención de la tarjeta postal, con sello impreso, se atribuye al profesor austríaco Emanuel Hermann, quien el 26 de enero de 1869 escribió un artículo donde proponía la idea que tenía acerca de nuevos formatos para la correspondencia que podían ser aplicados por el servicio postal.

El director de Correos de Austria, que se nombraba Maly von Pavanovits, acogió favorablemente la idea del profesor Hermann y el 1º de octubre de 1869 se emitió la primera tarjeta postal del mundo.

El nuevo entero postal llevaba impreso un sello de la serie vigente con la efigie del emperador Francisco José en color amarillo, con el valor facial de dos coronas.

Al principio esta tarjeta solamente era válida para circular dentro del Imperio Austro-húngaro, pero a partir de Mil 871 podía usarse para el extranjero si se completaba la tarifa necesaria añadiéndole un sello postal adhesivo.

Así nació la tarjeta postal que, además de la brevedad de su mensaje a través del correo, puede enriquecer las colecciones de los filatelistas.

El servicio de correos por barcos de cabotaje, un capìtulo de la historia postal de Cuba que abriMos hoy

El mal estado de los caminos a principios del siglo XIX, con la natural demora en el transporte de la correspondencia por un lado, y el creciente desarrollo de la agricultura y el comercio de la Isla por el otro, propició el estudio para establecer líneas de barcos de cabotaje para el traslado de mercancías y correspondencia.

El 24 de mayo de 1818 el coronel Juan O’Farrill fue autorizado para establecer una línea de vapores entre La Habana y Matanzas, que más tarde se extendió, por la costa norte occidental, hasta Mariel, Cabañas y Bahía Honda.

Posteriormente la empresa de Ramón Herrera operó la línea internacional Vapores correos de las Antillas que cubría la ruta La Habana-Saint Thomas, en las Islas Vírgenes, con escalas en las ciudades costeras de Nuevitas, Gibara y Santiago de Cuba antes de abandonar las costas cubanas.

A mediados del siglo XIX comenzó a prestar servicio la línea Vapores de la Costa Sur que partía de Batabanó con destino a Santiago de Cuba deteniéndose en los puertos de Cienfuegos, Casilda, Tunas de Zaza, Júcaro, Santa Cruz del Sur y Manzanillo para finalizar en Santiago de Cuba.

Estos vapores conectaban con el tren La Habana-Batabanó y recibían la correspondencia expedida en La Habana para los distintos lugares de la ruta llevando a bordo un conductor de correos con su correspondiente buzón donde se recibían las cartas directamente de manos del público.

Al no existir un reglamento al respecto, los conductores de correos empleaban, por su cuenta, los cuños canceladores que desechaba el correo, por estar fuera de uso, para inutilizar los sellos.

Continuará