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Edificio de la calle Mercaderes No. 120, entre Obispo y Obrapía

25 de septiembre de 2017

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Antes: vivienda.
Hoy: “Museo del Habano”

 

Mercaderes 120, antes de restauración

Mercaderes 120, antes de restauración

 

La rehabilitación del edificio de la calle Mercaderes 120 estuvo en manos de los especialistas de la Oficina del Historiador de la ciudad, quienes lo dotaron de una nueva función, con la ejecución del proyecto concebido los años ’90, pasó a ser la sede del Museo del Habano en nuestro centro histórico.

Un local para la venta de puros habanos en planta baja y la elaboración del afamado producto a la vista del visitante por maestros torcedores, hacen más amena la estancia al visitante, mientras que en los salones de planta alta se expone cuidadosamente la historia y el procesamiento de la planta en las vegas de nuestro país, además de otras actividades que se realizan.

 

Mercaderes No. 120, obras

Mercaderes No. 120, obras

 

La parcela donde se levantó esta edificación estuvo ocupada desde tiempos remotos, por ser esta vía una de las primeras en definirse en nuestra ciudad. En el siglo XVII se levantaba aquí una modesta casa colonial de planta baja y cubierta de tejas que pertenecía a don Bernabé de Salvatierra; entrado el siglo XVIII el Teniente de Caballería Juan Núñez del Castillo, la vendió a don Bartolomé Luque. Durante el transcurso de esta centuria se reedificó alcanzando dos pisos de altura.

Hacia 1825 era su propietario don Valentín Martínez, época en que consideran los historiadores que fue remodelada, perdiendo las características constructivas más antiguas; fue entonces que apareció la cubierta plana de azotea sustituyendo los tejados, la herrería en los balcones y varió la distribución de sus espacios interiores.

 

Mercaderes 120, después de la restauración

Mercaderes 120, después de la restauración

 

En 1862 la compró el señor don Miguel Matienzo y Pedroso, marqués de la Secada de Matienzo y Caballero de la Orden de Santiago, quien se había casado con doña Lorenza Montalvo y Luque, descendiente de los primeros propietarios del inmueble. Para entonces se destinaba a vivienda y contaba con una pequeña accesoria comercial en planta baja y otros espacios destinados a almacén. Durante el siglo XIX fue objeto de diversas transformaciones.

En el siglo XX se había convertido en casa de vecindad, por lo que fue alcanzando progresivamente un alto grado de deterioro. La planta baja devino en insalubre basurero y las viviendas de los vecinos mostraban condiciones precarias, con lo cual fue desocupado en la segunda mitad del siglo pasado. Posteriormente comenzaron los estudios para su rehabilitación y se rescató del lamentable abandono para desempeñar esta nueva función.

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